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La necesidad crítica de una reglamentación armonizada para el movimiento mundial de semillas tratadas

 

En el mundo interconectado de hoy, el movimiento libre y eficiente de semillas tratadas a través de las fronteras internacionales no es sólo una cuestión de conveniencia; es un componente fundamental para garantizar que los agricultores de todo el mundo tengan acceso a los mejores productos agrícolas posibles. Como Gerente de Asuntos Fitosanitarios de la Federación Internacional de Semillas (ISF), he sido testigo de primera mano de los desafíos que surgen cuando los marcos regulatorios no logran seguir el ritmo de las realidades de la producción y el comercio de semillas modernas.

Las semillas tratadas (aquellas que han sido recubiertas con productos para el tratamiento de semillas para protegerlas de plagas, enfermedades y factores de estrés ambiental) son una herramienta vital para reducir el impacto ambiental de la agricultura y, al mismo tiempo, garantizar que se aproveche todo el potencial de las semillas. Sin embargo, el movimiento internacional de estas semillas tratadas a menudo se ve obstaculizado por regulaciones inconsistentes, requisitos específicos de cada país y una falta de armonización en los procesos de tratamiento, etiquetado y aprobación.

Esta falta de coherencia normativa no sólo altera la cadena de suministro, sino que también pone en riesgo el acceso de los agricultores a las semillas de alta calidad que necesitan para lograr cosechas exitosas. Nos enfrentamos a desafíos críticos, pero tenemos algunas medidas prácticas para abordarlos, garantizando así que los agricultores de todo el mundo puedan seguir beneficiándose de las mejores innovaciones agrícolas.

Una red compleja

La industria de las semillas es inherentemente global. La obtención, producción y procesamiento de semillas a menudo abarcan varios países, cada uno de los cuales se elige por sus condiciones climáticas, experiencia o ventajas logísticas específicas. Por ejemplo, una semilla puede obtenerse en un país, producirse en otro y luego enviarse a un tercero para su procesamiento y tratamiento antes de ser reexportada a múltiples mercados. Esta intrincada red de movimiento global es esencial para satisfacer las diversas necesidades de los agricultores.

Sin embargo, las partes interesadas, incluidos los reguladores, a menudo no comprenden la complejidad de este sistema. La falta de conocimiento sobre los matices de la producción y el comercio de semillas puede dar lugar a regulaciones que obstaculizan involuntariamente el movimiento internacional de semillas tratadas. Esto es particularmente problemático cuando se trata de los STP, que se aplican a las semillas para protegerlas y garantizar un rendimiento óptimo en el campo.

Desafíos en el movimiento internacional de semillas tratadas

Uno de los principales desafíos que enfrentamos es la variabilidad de las regulaciones que rodean a las semillas tratadas. Los distintos países tienen diferentes reglas sobre la aplicación de estos productos, su etiquetado y las condiciones en las que las semillas tratadas pueden transportarse a través de las fronteras. Este mosaico de regulaciones puede crear importantes barreras al comercio, retrasando o incluso impidiendo la exportación de semillas tratadas.

Por ejemplo, algunos países exigen que los STP utilizados en las semillas dentro de sus fronteras estén registrados y aprobados para su uso en el país, incluso si las semillas están destinadas a la exportación a otro país. Esto puede complicar el proceso de tratamiento, ya que las instalaciones de procesamiento de semillas pueden tener que adaptar sus aplicaciones para cumplir con los requisitos específicos de cada mercado de destino. Esto no solo aumenta los costos, sino que también introduce demoras que pueden ser críticas durante las temporadas de siembra.

Además, la falta de requisitos de etiquetado estandarizados añade otra capa de complejidad. Cada país tiene su propio conjunto de normas sobre qué información debe incluirse en las etiquetas de las semillas tratadas, lo que puede dar lugar a confusión y errores, en particular cuando las semillas se reexportan varias veces. Un enfoque armonizado del etiquetado, incluido el uso de etiquetas multilingües, podría facilitar considerablemente el movimiento de semillas tratadas a través de las fronteras.

Armonización y reconocimiento mutuo

Para hacer frente a estos desafíos, la ISF aboga por una mayor armonización de las normas que rigen el movimiento y el tratamiento de las semillas. En concreto, proponemos las siguientes medidas:

  • Normas armonizadas para los productos de semillas tratadas:  los países deberían trabajar juntos para desarrollar un marco común para la aprobación y el uso de los productos de semillas tratadas. Esto incluiría el reconocimiento mutuo de las aprobaciones de productos de semillas tratadas, lo que permitiría que las semillas tratadas con un producto aprobado en un país se trasladaran libremente a otros sin necesidad de volver a registrarlas.
  • Procesamiento centralizado con registro específico para la exportación:  las instalaciones de procesamiento de semillas, que suelen estar ubicadas en un número limitado de países estratégicos, deberían poder aplicar procedimientos de procesamiento de semillas a las semillas destinadas únicamente a la exportación, incluso si esos productos no están aprobados para su uso en el país. Esto permitiría una producción más eficiente y garantizaría que los agricultores tengan acceso a las semillas tratadas de manera oportuna.
  • Etiquetado estandarizado y multilingüe:  para facilitar el movimiento internacional de semillas tratadas, los requisitos de etiquetado deberían estandarizarse en todos los países. Cuando existan diferencias, podrían utilizarse etiquetas multilingües para garantizar el cumplimiento de las leyes nacionales y, al mismo tiempo, proporcionar a los agricultores la información que necesitan para utilizar las semillas tratadas de forma segura y eficaz.

Conclusión: garantizar el acceso global a semillas de calidad

La industria mundial de semillas desempeña un papel fundamental en la alimentación del mundo, y la libre circulación de semillas tratadas es esencial para esta misión. Si trabajamos juntos para armonizar las reglamentaciones y agilizar los procesos, podemos garantizar que los agricultores de todo el mundo tengan acceso a las mejores semillas posibles, lo que les ayudará a producir los alimentos de los que todos dependemos.

De cara al futuro, la ISF mantiene su compromiso de defender políticas que respalden el movimiento internacional de semillas tratadas, garantizando que ningún agricultor quede excluido.

 

Fuente: SeedWorld

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