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La edición genética en la agricultura : Un antídoto frente a “La Niña”

En este escenario desafiante, la biotecnología y la edición genética de plantas emergen como una solución viable, dice Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio.

Por Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio.

La agricultura chilena se encuentra en una encrucijada. El fenómeno de La Niña, caracterizado por un enfriamiento de las aguas del Pacífico, que trae consigo sequías y variabilidad climática extrema, pone en jaque la estabilidad de nuestras cosechas. En este escenario desafiante, la biotecnología y la edición genética de plantas emergen como una solución viable. 

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Miguel Ángel Sánchez

La integración de la edición genética en la agricultura chilena tiene un potencial inmenso. No solo puede ayudar a mitigar los efectos negativos del fenómeno de La Niña, sino que también puede impulsar la productividad y sostenibilidad de nuestras tierras agrícolas. La edición genética, a través de tecnologías como aquellas basadas en CRISPR, permite la modificación precisa del ADN de las plantas para conferirles características deseables, como resistencia a sequías, plagas y enfermedades. A diferencia de los métodos tradicionales, la edición genética es rápida, precisa y puede generar variedades de cultivos adaptadas a las necesidades específicas del entorno.

La adopción de estas tecnologías avanzadas puede posicionar a Chile como un líder en innovación agrícola a nivel mundial. Sin embargo, para aprovechar al máximo este potencial, es crucial contar con un marco regulatorio que fomente la investigación y la adopción de la biotecnología, garantizando al mismo tiempo la seguridad y el bienestar de los consumidores y el medio ambiente. 

Es tanto el poder y potencial de estas tecnologías, que en el país ya existen varias iniciativas privadas trabajando en el área. Por ejemplo la startup Neocrop Technologies está trabajando en mejorar características del trigo, la empresa Meristem en la calidad de cerezas, el consorcio Biofrutales en la calidad de vides y manzanas, y recientemente Arauco adquirió la compañía biotecnológica americana TreeCo para utilizar la tecnología en el sector forestal. 

Todos estos casos son ejemplos inspiradores de cómo Chile puede liderar el camino hacia una agricultura más resiliente y sostenible; sin embargo, hace falta un impulso decidido desde el sector público. Apostar por la biotecnología es apostar por un futuro en el que nuestras tierras sigan floreciendo a pesar de las adversidades climáticas. Apostar por la biotecnología es dar un gran salto para adaptarnos a fenómenos como el de La Niña.

Fuente: Diario Frutícola

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