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La industria de semillas de América Latina reclama que la armonización de las regulaciones es clave para el crecimiento futuro

La industria de semillas de América Latina se encuentra en un momento crítico. A pesar de los avances tecnológicos que favorecen la producción de cultivos resilientes y de alto rendimiento, las regulaciones fragmentadas de la región amenazan con frenar el progreso. Los marcos regulatorios dispares obstaculizan el comercio transfronterizo, la investigación y la innovación agrícola de vanguardia. Para liberar todo el potencial de la industria, la armonización regulatoria es esencial para la agricultura sostenible y la competitividad global.

La innovación se enfrenta a obstáculos regulatorios

El crecimiento sin precedentes de la industria mundial de semillas, especialmente gracias a las nuevas técnicas de mejoramiento, solo puede continuar si las distintas regiones logran la armonización.  

“La industria mundial de semillas está en pleno auge. Este crecimiento se debe en gran medida al aumento de las semillas genéticamente modificadas (GM), que ahora representan casi el 50% del mercado a pesar de cubrir solo el 18% de la superficie de plantación mundial”, afirma Bharti Malhotra, directora de análisis de ciencias de cultivos en S&P Global Commodity Insights. “La armonización de las regulaciones a nivel mundial es crucial para que las nuevas técnicas de cultivo (NBT) contribuyan de manera efectiva al crecimiento del mercado de semillas, ya que estas disparidades pueden obstaculizar la adopción de tecnología”.

Dra. Bharti Malhotra, Gerente de Investigación de Semillas y Características y Líder de Análisis de Ciencias de Cultivos en S&P Global Commodity Insights.

Países como Argentina, Brasil y Chile han desarrollado marcos regulatorios que acogen los cultivos transgénicos y las técnicas de edición genética, lo que les permite aprovechar los beneficios de los avances biotecnológicos. Sus sistemas establecidos promueven la investigación, la innovación y la comercialización, lo que convierte a estos países en líderes de la región. Sin embargo, muchas otras naciones latinoamericanas no han adoptado una postura tan progresista, lo que provoca retrasos en la adopción de tecnologías y reduce la eficiencia agrícola.

El panorama regulatorio de los cultivos transgénicos varía significativamente en América Latina, lo que crea un mosaico de políticas que complican el comercio y la innovación transfronterizos. A continuación, se presenta el estado actual de las regulaciones en los países clave.

Desafíos en el comercio transfronterizo

La falta de uniformidad regulatoria en América Latina crea obstáculos significativos para el comercio transfronterizo. Las empresas de semillas enfrentan dificultades al exportar semillas de países con regulaciones permisivas en materia de OGM a países con normas más estrictas. 

En los países donde se aceptan los OGM, los agricultores se benefician de los últimos avances biotecnológicos. Sin embargo, estos países deben segregar cuidadosamente sus líneas de producción para evitar la exportación accidental de semillas transgénicas a países donde los OGM están restringidos. Estas barreras aumentan la complejidad operativa, reducen la eficiencia y elevan los costos para las empresas multinacionales que operan en diferentes entornos regulatorios.

Retrasos en la investigación y la innovación

Mientras que países como Argentina, Brasil y Chile ya han implementado regulaciones que facilitan la adopción de técnicas de edición genética, otros como México siguen reticentes a aplicar normas más restrictivas. Esta falta de alineación limita la capacidad de las variedades de semillas innovadoras para difundirse en la región, lo que reduce la competitividad agrícola general.

Las disparidades en las regulaciones no solo afectan al comercio, sino que también frenan la investigación y la innovación. Existe un gran potencial para combinar tecnologías de edición genética con inteligencia artificial (IA) para revolucionar el desarrollo de cultivos, pero sus beneficios se verán obstaculizados hasta que se produzca una armonización adecuada. “La combinación de edición genética e IA nos permite analizar grandes conjuntos de datos y predecir cambios que darán lugar a características deseables, pero para que estas tecnologías transformen verdaderamente el sector, necesitamos una armonización regulatoria”, afirma Carlos Pérez, cofundador de BioHeuris.

El entorno regulatorio fragmentado también facilita la propagación del comercio ilegal y de semillas falsificadas. Las inconsistencias en la certificación de semillas y el control de calidad entre países permiten que semillas de menor calidad ingresen a mercados con regulaciones menos estrictas, lo que puede provocar pérdidas de cosechas y menores rendimientos para los agricultores. Pérez advirtió que esta situación pone en riesgo toda la cadena de valor agrícola, socavando los esfuerzos por mejorar la productividad y la sostenibilidad en la región.

La colaboración es clave

Es necesario un frente unido en toda la industria de semillas para abordar las barreras regulatorias que impiden el progreso. Mainor España, presidente de la Asociación de Productores de Semillas de Guatemala, enfatiza la importancia de la colaboración intersectorial para superar estos desafíos. “Es importante que trabajemos juntos, no solo con los agricultores y las empresas agroindustriales, sino también con los organismos reguladores y los gobiernos”, dijo España. 

Lorena Basso, vicepresidenta de la Federación Internacional de Semillas (ISF) y líder de Basso Semillas, comparte estos sentimientos: “Un sistema regulatorio inteligente basado en la ciencia que permita una producción eficiente de semillas que incorpore las tecnologías disponibles es esencial para el futuro de la industria”, afirma Basso.

A pesar de los desafíos, se están logrando avances en países como Argentina, Brasil y Chile, que están liderando el camino hacia la armonización regulatoria. Estos países están sentando un punto de referencia para otros en América Latina al adoptar marcos que facilitan la comercialización de cultivos transgénicos y técnicas de edición genética. La esperanza es que más países sigan su ejemplo, lo que permitirá a la región capitalizar su potencial como líder mundial en innovación agrícola.

Sin embargo, las presiones externas de mercados como el europeo, donde las regulaciones no siempre se basan en la ciencia, plantean desafíos adicionales. “Los criterios en Europa aún no se alinean con los avances científicos, lo que crea una barrera para la exportación de productos”, observó Pérez. Los países latinoamericanos deben adoptar una postura firme en el desarrollo de sus propios marcos regulatorios para asegurarse de que no se vean limitados por mercados externos que se quedan atrás en la adopción de nuevas tecnologías.

La urgencia de la armonización global

La armonización regulatoria se torna cada vez más urgente a medida que la industria de semillas se adentra en nuevas fronteras tecnológicas. La armonización dentro de América Latina es clave, pero también deben realizarse esfuerzos globales para alinear las regulaciones de manera que respalden el crecimiento de la industria.

El futuro de la industria de semillas en América Latina depende de su capacidad para unirse bajo un marco regulatorio compartido. Los gobiernos, las instituciones y las empresas deben colaborar para crear un sistema que promueva la innovación, agilice el comercio y garantice que los agricultores puedan acceder a las mejores tecnologías. Solo mediante la armonización regulatoria el sector agrícola de la región podrá alcanzar su máximo potencial y seguir siendo competitivo a nivel mundial.

Fuente : SeedWorld

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