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Agricultura sustentable: la importancia de respetar la biodiversidad

La seguridad alimentaria, el cambio climático y la biodiversidad son algunos de los fundamentos de la agricultura sustentable, una tendencia que va en aumento con el objetivo de cuidar el medio ambiente  y sus recursos.

“Es una agricultura consciente que busca asegurar un equilibrio con el desarrollo económico y el bienestar social”, explicó Bárbara Valenzuela, Directora de Estudios de Neltume Agro.

Uno de los principales pilares para la seguridad alimentaria ha sido el patrimonio fitosanitario. El control de plagas con el potencial de afectar seriamente el área de exportación de productos agrícolas, ha sido una de las tareas más desafiantes para este rubro en crecimiento, que encontró en los agroquímicos la respuesta a muchos de sus problemas.

La demanda por plaguicidas ha sido tan alta que la industria superó los 240 billones de dólares durante el 2020. Sin embargo estudios recientes postulan que, entre otros factores, el uso de plaguicidas de amplio espectro ha afectado a otros insectos.

Trascendental 

Los insectos son especies trascendentales para el ecosistema, ya que son los encargados de polinizar, descomponer madera vieja, garantizar un entorno limpio y de alimentar peces, aves y salamandras. Sin ellos el ecosistema colapsaría, por lo que son preocupantes los estudios alemanes que exponen como la población de insectos ha disminuido en un 70% en los últimos 30 años.

Según la especialista, uno de los pilares que sostiene el cuidado del medio ambiente, apunta  a un uso eficiente de los agroquímicos.

“Si bien sabemos que los plaguicidas son necesarios para cumplir estándares y requisitos de los mercados de destinos, se puede realizar un uso más óptimo de ellos. Neltume Agro permite un monitoreo más preciso de las plagas que afectan la producción frutícola, asociando factores climáticos y fenológicos, tanto de la plaga como del hospedero, con inteligencia artificial y energía renovable”, aseveró la Directora de Estudios.

Según Valenzuela, el calentamiento global ha modificado el comportamiento de los insectos, ha provocado el desplazamiento de su hábitat y que surjan cambios en las dinámicas poblacionales en relación a lo documentado en años anteriores.

“Esto ha modificado lo que se conoce respecto de los ciclos de vida de las plagas, un aspecto clave para su control. Por otro lado, las aplicaciones de plaguicidas han llevado a que insectos generen resistencia a ciertos ingredientes activos, dificultando la eficiencia del control”, sostuvo. 

Agregó que “la agricultura tradicional debe incorporar el monitoreo continuo de las plagas y la rotación de plaguicidas para disminuir la resistencia, eliminar la aplicación preventiva y el uso de productos de amplio espectro. Así, los costos tanto económicos para el productos, como medioambientales disminuirán, y con ello, el  impacto en la biodiversidad”.

Fuente: Portal Frutícola

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