La salinización provoca pérdidas de cosechas en todo el mundo, lo que provoca la muerte de las plantas o un retraso en su crecimiento, según una investigación de Wageningen and Research . Científicos de Wageningen University & Research (WUR) han identificado una proteína reguladora local que promueve el crecimiento de las raíces en suelos salinos, lo que permite que las plantas prosperen en circunstancias tan difíciles. Publicados en la prestigiosa revista científica The Plant Cell, estos hallazgos sirven como base fundamental para las investigaciones en curso destinadas a cultivar variedades de cultivos más resistentes.
Aproximadamente el 25% de las tierras agrícolas irrigadas se ven afectadas por la salinización, que se intensifica aún más con el aumento del nivel del mar, la intensificación de las sequías y el aumento de las temperaturas. Según la profesora Christa Testerink, experta en fisiología vegetal, el suelo salino afecta negativamente a la formación de raíces laterales, cruciales para la absorción de agua y nutrientes en las plantas. “La hormona que regula el crecimiento de las raíces laterales se llama auxina. La sal dificulta la capacidad de la planta para reconocer las señales que emite esta hormona, lo que hace que el desarrollo de las raíces laterales sea deficiente. Y un menor número de raíces laterales significa que la salud general de la planta se ve afectada”.
Cambio entre hormonas y crecimiento de raíces laterales
¿Cómo es posible que algunas especies vegetales se vean menos afectadas por el estrés salino que otras? Para responder a esta pregunta, los investigadores analizaron el mecanismo molecular que impulsa el desarrollo de las raíces en la planta modelo Arabidopsis, conocida comúnmente como berro de thale.
“Investigaciones anteriores ya habían revelado que la proteína LBD16 actúa como un interruptor entre la hormona vegetal auxina y el desarrollo de las raíces laterales. LBD16 activa los genes responsables del desarrollo de las raíces laterales”, afirma Testerink. “En un suelo salino, se esperaría que el funcionamiento de la auxina se viera afectado, pero también se esperaría que los niveles de la proteína LBD16 disminuyeran”.
Se descubrió una ruta alternativa
Sorprendentemente, la investigación demostró que el funcionamiento de la auxina se redujo drásticamente en el berro de Thale en un entorno salino, mientras que los niveles de LBD16 aumentaron. Testerink dijo que esto sugiere una ruta alternativa para la proteína, lo que permite que la planta aún produzca, aunque menos, raíces laterales en condiciones salinas.
“Logramos encontrar esta ruta al descubrir otro activador, la proteína ZAT6, que asume el papel de regulador de la auxina. Este descubrimiento proporciona una base fundamental para futuros estudios sobre redes moleculares locales similares en las raíces laterales que ayudan a las plantas a funcionar en situaciones de estrés, no solo en condiciones salinas, sino también en épocas de sequía o calor. Esto podría ayudar a los fitomejoradores a alterar el crecimiento de las raíces de las plantas para crear variedades más resistentes”.
Ayuda del aprendizaje automático
Los investigadores utilizaron el aprendizaje automático en su búsqueda del activador LBD16.
Aalt-Jan van Dijk, investigador del grupo de Bioinformática, explica cómo contribuyó este método computacional.
“Hay decenas de miles de posibles candidatos que podrían regular el LBD16 en una planta. Es como buscar una aguja en un pajar. Las predicciones permiten una búsqueda más específica”. Dijo que alimentaron un modelo de aprendizaje automático con datos de factores de transcripción de experimentos. Luego, el modelo utilizó patrones para predecir si un factor de transcripción en particular regula a otro o no. Esto reduce la lista de posibles candidatos. La realización de pruebas experimentales nos permitió identificar a ZAT6 como el nuevo regulador del LBD16.
Desarrollo adicional en CropXR
Van Dijk menciona que la integración de datos experimentales con el aprendizaje automático representa un enfoque novedoso en el ámbito de la investigación vegetal. Esta metodología se explorará e implementará más a fondo en el proyecto de investigación CropXR en curso.
“En CropXR, en la próxima década trabajaremos en colaboración con las universidades de Utrecht, Delft y Ámsterdam (UvA) para desarrollar conocimientos y métodos fundamentales que permitan desarrollar cultivos más resistentes”, afirma van Dijk. “Entre otros métodos, utilizaremos el aprendizaje automático combinado con modelos mecanísticos, que contienen conocimientos sobre los procesos fisiológicos y celulares subyacentes y la relación causa-efecto. Las predicciones realizadas por estos modelos se pueden comprobar después con experimentos específicos”.
Sequía y aumento de temperaturas
Según Testerink, CropXR desvía su atención de la salinización hacia otros desafíos relacionados con el cambio climático, como el calor y la sequía. Explica que un próximo artículo, actualmente en etapa de preimpresión, profundiza en la investigación del crecimiento de las raíces en plantas que enfrentan temperaturas cálidas y déficit de agua. Este estudio ha revelado varios factores moleculares en juego. Sin embargo, es necesaria una investigación más exhaustiva para predecir con precisión las respuestas de las plantas a esta combinación de factores estresantes.
“Durante los primeros cinco años del proyecto CropXR nos centraremos en Arabidopsis”, afirmó Testerink. “Durante los próximos cinco años, aplicaremos los conocimientos adquiridos a los cultivos alimentarios. Esperamos que esto nos permita desarrollar soluciones viables en colaboración con socios en el campo”.
Las lluvias posteriores a una sequía severa provocan problemas poco comunes de brotación de soja en todo Ohio.
Los productores de soja de Ohio se enfrentan a una calidad de cosecha comprometida debido a una combinación de sequía prolongada y fuertes lluvias recientes de los restos del huracán Helene. La grave sequía debilitó las vainas de soja y las lluvias posteriores provocaron una germinación inusual de semillas dentro de las vainas, lo que marca una situación sin precedentes en la historia agrícola de Ohio, según Laura Lindsey, experta en cultivos de campo de la Facultad de Ciencias Alimentarias, Agrícolas y Ambientales (CFAES) de la Universidad Estatal de Ohio.
“Los agricultores ya estaban preocupados por la soja seca”, dijo Lindsey, especialista en soja y granos pequeños de OSU Extension, en un comunicado de prensa de OSU . “Muchos se enfrentaban al descascarillado de las vainas, donde las semillas se abren y caen al suelo durante la cosecha debido a los bajos niveles de humedad.
“Las lluvias empeoraron la situación. Ahora estamos viendo que las semillas brotan de las vainas en los condados afectados, incluidos Fairfield, Madison, Pickaway, Ross y Fayette”.
Los agricultores como los del condado de Pickaway, representados por el educador de extensión de la OSU Mike Estadt, han observado brotes antes de la cosecha en muchos campos. Estadt explicó que la sequía había provocado la rotura de las vainas cuando los niveles de humedad cayeron por debajo del 8%. La repentina rehidratación ha provocado ahora la germinación de las semillas, lo que deja dudas sobre la cobertura del seguro de cosechas.
“Esto también es un gran aspecto negativo para la calidad del grano, ya que los compradores de soja descontarán enormemente su precio cuando estos granos se entreguen a los elevadores”, señaló Estadt.
Según el Monitor de Sequía de Estados Unidos, gran parte de Ohio está sufriendo condiciones de sequía moderada a extrema, por lo que los efectos sobre el rendimiento y la calidad de los cultivos son una preocupación importante. El CFAES activó un Equipo de Respuesta Rápida a la Sequía a principios de este verano para ayudar con el monitoreo de la salud de los cultivos y desarrollar estrategias de mitigación en colaboración con el USDA y las agencias locales.
“Hemos visto lluvias generalizadas en gran parte de Ohio, especialmente con los restos del huracán Helene”, dijo Aaron Wilson, climatólogo estatal y especialista de campo de OSU Extension. “Si bien esta lluvia ayudó a mejorar la humedad del suelo, los niveles de los ríos y los pastizales en algunas áreas, fue casi excesiva y demasiado rápida en otras”.
Lindsey destacó que CFAES está monitoreando activamente la situación y brindando orientación a través de su página web sobre condiciones y recursos de sequía, que brinda recursos para la gestión de forrajes, riego y conservación del suelo. También se están realizando investigaciones financiadas por United Soybean Board para comprender mejor las pérdidas por demoras en las cosechas y los problemas de calidad de las semillas.
“Este año servirá como una referencia importante para futuros eventos climáticos extremos”, añadió Lindsey.
Con informes de desafíos adicionales, como el encamado de los brotes del maíz, la temporada continúa poniendo a prueba la resiliencia de los agricultores de Ohio.
ANPROS recibió a Amanda Hinkle, la nueva agregada agrícola de la embajada de Estados Unidos, en una productiva visita de presentación. En la reunión estuvo presente también Nelson Ramírez, especialista de la oficina de asuntos agrícolas de la embajada estadounidense, y el equipo de ANPROS, quienes abordaron los temas prioritarios para el sector semillero y la colaboración entre ambos países.
Durante la reunión, ANPROS presentó un informe completo sobre los avances y desafíos de la industria semillera chilena, destacando iniciativas clave que apuntan a fortalecer los lazos y el comercio internacional de semillas. Entre estas, el desarrollo del piloto de Systems Approach con Estados Unidos, Países Bajos y Sudáfrica, coordinada por la International Seed Federation (ISF), que busca establecer un sistema integrado de medidas fitosanitarias para la importación y exportación de semillas.
Además, se abordó el Piloto ReFresh Chile – EE.UU, un programa bilateral que involucra a actores como ANPROS, la American Seed Trade Association (ASTA), el Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas de USDA (APHIS) y el SAG, enfocado en la investigación de semillas de maíz. Al respecto se informó también sobre la relevancia de la nueva normativa para la importación de semillas de maíz a Chile.
También se discutió la importancia de trabajar en conjunto en las materias concernientes a la protección de los derechos de los obtentores de variedades vegetales, UPOV y las new breeding techniques (NBT).
La visita de Hinkle refuerza la relación entre Chile y Estados Unidos en el sector semillero, destacando la necesidad de una cooperación constante para abordar desafíos comunes y avanzar hacia una industria más innovadora, competitiva y alineada con las tendencias globales en sanidad y tecnología agrícola.
Washington, DC (11 de octubre de 2024)– Según el informe de producción de cultivos publicado por el Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas (NASS) del USDA, la producción de maíz se pronostica en 15.200 millones de bushels, menos del 1% más que el pronóstico anterior, pero un 1% menos que el año pasado; se espera que los productores de soja aumenten su producción un 10% a partir de 2023, pronosticada en 4.580 millones de bushels.
Con base en las condiciones al 1 de octubre, se espera que los rendimientos de maíz promedien 183,8 bushels por acre cosechado, 0,2 bushels más que el pronóstico anterior y 6,5 bushels más que en 2023. El área cosechada de granos se pronostica en 82,7 millones de acres, sin cambios con respecto al pronóstico anterior.
También con base en las condiciones al 1 de octubre, se espera que los rendimientos de soja promedien 53,1 bushels por acre, 0,1 bushels menos que el pronóstico anterior, pero 2,5 bushels más que en 2023. El área cosechada de frijoles en los Estados Unidos se pronostica en 86,3 millones de acres, sin cambios con respecto al pronóstico anterior, pero un 5% más que en 2023.
El informe también incluyó un pronóstico de producción para el algodón estadounidense. Se pronostica que la producción total de algodón será de 14,2 millones de pacas de 480 libras, un 2% menos que el pronóstico anterior, pero un 18% más que en 2023. Según las condiciones al 1 de octubre, se espera que los rendimientos promedien 789 libras por acre cosechado, 18 libras menos que el pronóstico anterior y 110 libras menos que en 2023. La producción de algodón americano (upland) se pronostica en 13,7 millones de pacas de 480 libras, un 2% menos que el pronóstico anterior, pero un 16% más que en 2023. La producción de algodón Pima se pronostica en 516.000 pacas, un 6% menos que el pronóstico anterior, pero un 63% más que en 2023. La superficie total cosechada de algodón se pronostica en 8,63 millones de acres, sin cambios con respecto al pronóstico anterior, pero un 34% más que en 2023.
Entre el 24 de septiembre y el 7 de octubre se llevaron a cabo encuestas objetivas sobre rendimiento y rendimiento a operadores agrícolas para recopilar información sobre el rendimiento esperado al 1 de octubre. Las encuestas objetivas sobre rendimiento de maíz, algodón y soja se llevaron a cabo en los principales estados productores que, por lo general, representan alrededor del 75 % de la producción de EE. UU. Se volvieron a visitar parcelas seleccionadas al azar para realizar recuentos actuales.
La encuesta a los operadores agrícolas se realizó principalmente por teléfono, con algún uso del correo, Internet y enumeración personal. Se contactó a aproximadamente 7.500 productores durante el período de la encuesta y se les hicieron preguntas sobre el rendimiento probable. El informe de producción de cultivos se publica mensualmente y está disponible en línea en nass.usda.gov/Publications .
Los envíos llegaron a US$ 450 millones la última temporada, pero a la industria le preocupan los paros portuarios, el encarecimiento de la mano de obra y que no se use la ciencia para definir el marco regulatorio.
Por: Eduardo Moraga, Revista del Campo
La competencia en la industria de las semillas es intensa. Tanto que algunos de los trabajadores de Antufen Seeds, empresa especializada en hortalizas, serán premiados con un viaje. La dirección de la empresa tomará la decisión en septiembre.
Son varios los colaboradores de la firma que anhelan ser elegidos, ¿a quién no le gustaría tomar sol en Copacabana o comer un bife de chorizo?
Nicolás Gajardo, gerente general de Antufen Seeds, explica que este año en la empresa decidieron estimular nuevas ideas por parte de los trabajadores para mejorar sus procesos.
Antufen fue fundada hace cuatro décadas, cuando Chile recién se asomaba como exportador de semillas. Hace diez años crearon un departamento técnico para impulsar la innovación dentro de la compañía. En 2024 las dos mejores propuestas elaboradas por los trabajadores para impulsar los procesos de la empresa serán recompensadas. El primer lugar recibirá una estadía en Río de Janeiro y el segundo, una en Buenos Aires.
“Chile se ha vuelto cada día más caro para producir semillas, lo que nos obliga a ser muy eficientes y estar enfocados en mejorar rendimientos y calidades”, reconoce Nicolás Gajardo.
Con más de 17 mil hectáreas certificadas para la producción de semillas para la exportación, Chile es un actor relevante para la agricultura mundial, pues abastece en contraestación al hemisferio norte. Hay que agregar más de 4 mil hectáreas certificadas de semillas dedicadas al mercado interno.
El impacto del sector semillero como generador de ingresos para el país y las economías regionales es relevante y la última temporada las exportaciones tuvieron una importante alza.
Según la Asociación Nacional de Productores de Semillas (Anpros), se exportaron US$ 450 millones en la última temporada, con un aumento de 23% respecto de la anterior, con los que se quebró una tendencia de exportaciones relativamente estables de los últimos siete años En el gremio estiman que fue un muy buen resultado.
Una de las alzas más relevantes en las exportaciones semilleras ocurrió con las hortalizas, que llegaron a envíos por US$ 209 millones en 2023, un alza anual de 27%.
En la actualidad, Chile es el primer exportador del hemisferio sur y el cuarto proveedor mundial de semillas de hortalizas.
Sin embargo, los desafíos de la industria semillera también son importantes.
“La competitividad de la industria semillera y de muchas industrias agroexportadoras hoy está siendo amenazada por una serie de factores internacionales relevantes, muchos de ellos geopolíticos, logísticos y de diferente índole”, afirma Mario Schindler, presidente de Anpros.
A eso hay que agregar el alza de la mano de obra, un factor que la industria de las semillas usa de manera muy intensa.
Por eso, mejorar la competitividad es clave para la sustentabilidad de ese rubro.
Impacto regional
Según el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), en la temporada 2022-2023, la última con datos disponibles, en Chile se registraron 21.805 hectáreas para la producción de semillas, incluyendo tanto aquellas enfocadas en la exportación como en el mercado local.
Si bien hay una producción importante entre las regiones Metropolitana y de La Araucanía, el corazón semillero está en la del Maule, donde se registraron 8.179 hectáreas.
Aunque las semillas hortaliceras generan una parte relevante de los ingresos, en cuanto a superficie mandan el raps (6.795 hectáreas), maíz (6.030 hectáreas) y maravilla (4.035 hectáreas).
En todos los rubros, eso sí, hay un elemento común: se requiere de agricultores con un nivel técnico más exigente que para el resto de la producción de cultivos anuales o de hortalizas.
“La producción de semillas es una especialidad, los que se dedican se han ido profesionalizando; lo lógico es que las empresas reconozcan la especialización” afirma Carlos Smith, agricultor dedicado a las semillas en la Región del Ñuble.
Por ejemplo, todo el maíz semillero que se produce es de variedades híbridas, con líneas genéticas alejadas. Es así como se logra tener semillas mucho más productivas que en décadas pasadas.
Sin embargo, para el agricultor significa un desafío técnico mayor. Se debe impedir que las plantas se autopolinicen, por lo que se debe intervenir manualmente cada una de ellas. Hay que pensar que en solo una hectárea puede haber 60 mil maíces. Sin embargo, eso no es todo, pues el productor tiene que sembrar esos maíces para que coincida la liberación de polen con la posibilidad de fecundación.
“Es un trabajo arduo, que exige mucho a los agricultores. Gracias a ese trabajo Chile está muy bien evaluado a nivel internacional en términos de calidad y rigurosidad. Eso sí, encuentran que somos caros. Hay que considerar que es una actividad que requiere mucha mano de obra y cada vez es más difícil encontrar trabajadores”, añade Carlos Smith.
El agricultor, que viene llegando de una gira por Francia, agrega el dato de que hoy en Chile el costo del arriendo de predios agrícolas aptos para la producción de semillas es más caro que en tierras galas. Smith estima que es necesario que los agricultores de ese rubro tengan un mayor peso en la definición de las reglas del juego del sector.
Marta Lira, productora de semillas orgánicas de hortalizas en el valle de Casablanca, en la Región de Valparaíso, añade que en su nicho de producción “los costos aumentan porque tienes que hacer muchas labores por la restricción de usar agroquímicos o el uso de venenos contra animales que atacan los cultivos”. Lira explica que el año pasado perdió casi la mitad de su producción de semillas de zanahorias por el ataque de animales.
Mejora de competitividad
La intensa presión a la que es sometida la producción de semillas en Chile tiene a la industria de cabeza buscando cómo mejorar la competitividad.
La logística naviera salta como una de las primeras tareas a enfrentar. Como las fechas entre la recolección de semillas en Chile y su uso en la nueva temporada del hemisferio norte son muy cercanas, se requiere que funcione a la perfección, algo que en la industria creen que no es siempre así.
“Para un país como Chile, dada la distancia de los mercados de destino, la logística es uno de los temas probablemente más relevantes y prioritarios. En el último tiempo hemos visto el impacto que tienen en Chile el encarecimiento de los fletes y, particularmente, la necesidad de tener una infraestructura portuaria que esté operando de manera eficiente. De lo contrario, la competitividad de Chile se ve comprometida seriamente. Tenemos ejemplos recientes de paros de puertos que se extendieron por mucho tiempo, perjudicando seriamente las exportaciones chilenas”, afirma Mario Schindler, presidente de Anpros.
El dirigente agrega que otra tarea es que las regulaciones locales estén siempre basadas en ciencia y tengan en consideración lo que significa producir, sin generar sobreexigencias que podrían hacer inviables las exportaciones.
En el gremio semillero añaden que cada vez está siendo más difícil contar con la cantidad de personas que requieren.
“Esto significa un doble desafío por parte de la industria. Es necesario generar las condiciones adecuadas para tener trabajos que resulten atractivos para las personas, pero esto también debe ir acompañado de un marco regulatorio y legislativo que no desincentive el trabajo agrícola”, sentencia Mario Schindler.
Demanda no crecería en la próxima temporada
Aunque ya comenzaron a instalarse las primeras hectáreas semilleras de la temporada 2024-2025, recién a mediados de octubre se pondrá tener un panorama más claro de cómo se comportará la contratación de superficie.
En todo caso, Nicolás Gajardo no cree que en las hortalizas se dé un crecimiento, pues hay una oferta importante en el mundo. Eso sí, explica que cualquier evento climático mayor puede gatillar un aumento en la demanda.
Carlos Smith también pone paños fríos a las expectativas en maíz: “Los precios internacionales de los granos están bajos, por lo que hay menos interés por sembrar en el hemisferio norte”.
En tanto, Brian Blackburn, de SG 2000, que la semana pasada estuvo visitando clientes en Canadá, afirma que en raps se pasó de un ciclo de alta demanda en las pasadas temporadas a uno más lento en la próxima.
“En Canadá se aprecia menor demanda por canola (raps) y girasol. En el hemisferio norte tuvieron buenas producciones en la última temporada y usualmente Chile sale al rescate cuando enfrentan problemas”, sostiene Blackburn.
En tanto, en Anpros afirman que todavía la temporada 2024-2025 está en un estado muy preliminar para poder establecer cuál será la superficie y que la gran mayoría de los cultivos todavía dependen de una serie de factores económicos y productivos por determinar.
“Esperamos que la tendencia a seguir aumentando la superficie de semilleros sea posible en la medida en que vaya acompañado de un marco regulatorio que permita, justamente, generar que se cumplan estas expectativas”, sentencia Schindler.
Investigación de nuevas variedades en Chile
En Asociación Nacional de Productores de Semillas argumentan que para impulsar la investigación y desarrollo de nuevas variedades en Chile se requiere una buena articulación público-privada. “Hoy no vemos que sea lo suficientemente potente entre la empresa privada, las entidades de investigación y la academia. Es necesario generar un entorno que facilite y sea un incentivo a la investigación. En este contexto, uno de los principales factores es mejorar las condiciones de la propiedad intelectual y los derechos de los obtentores en Chile. Uno de los principales factores en esto es que nos hagamos cargo de una ley que interprete UPOV 91 y que modernice la protección de quienes desarrollan e investigan nuevas variedades en Chile, en pos de la seguridad alimentaria de nuestro país”, afirman.
“Concientizar” y “proteger” fueron las palabras claves del encuentro que reunió a la Coalición de Gremios Agroalimentarios y los parlamentarios de la Bancada del Campo, realizado el 14 de marzo en el Mercado El Cardonal de Valparaíso, cuyo objetivo fue relevar el hecho que los alimentos vienen del campo y que se requiere contar con una política pública robusta que resguarde la seguridad alimentaria de nuestro país.
“La Bancada del Campo se conforma con parlamentarios de diferentes colores políticos, pero con un solo objetivo: poder evidenciar y representar esta realidad que se vive en los sectores rurales y regiones, y ser una voz en el Congreso Nacional”, sentenció el diputado y presidente de la Bancada del Campo, Felipe Camaño (ind-DC). Por su parte, el diputado Benjamín Moreno (Republicanos) indicó que “hoy contamos con una vicepresidenta del Frente Amplio, un vicepresidente -que soy yo-, un vicepresidente del Partido Socialista y nuestro presidente que es de la Democracia Cristiana, mostrando así la transversalidad que tiene esta bancada.”
A su vez, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Semilla, Ricardo Behn, aseguró que “esta es la segunda actividad que realizamos en conjunto y su balance es muy positivo, lo que nos tiene muy contentos. Gradualmente iremos organizando eventos para generar conciencia de cómo se producen los alimentos en Chile y quiénes son los actores que están involucrados en esto.”
“Nuestra intención es proveer antecedentes tanto técnicos como prácticos de buenas prácticas agrícolas y también de logística para que las políticas públicas que ellos elaboren tengan sentido, sean pertinentes, sean fiscalizables y se puedan cumplir por nosotros que somos los regulados”, afirmó el gerente de Chilealimentos, Moisés Leiva. Mientras que Maritrini Lapuente, Directora Ejecutiva de Viveros de Chile, indicó que “como gremio queremos visibilizar ante la opinión pública y parlamentarios que los alimentos vienen del campo y que estamos trabajando para resguardar la seguridad alimentaria, de tal modo que tengamos suficientes alimentos disponibles para la población y a un valor razonable”.
En el caso de Cristián Muñoz, presidente de HORTACH, la oportunidad de dialogar directamente con los parlamentarios y en especial con el diputado Felipe Camaño, jefe de la banca, “es un privilegio, pues nos permite transmitir directamente las necesidades del sector. En esta ocasión le hemos solicitado generar una instancia en que la televisión estatal cumpla su rol educacional, y realice una divulgación de la forma en que se realiza la agricultura y se producen los alimentos en el campo chileno”. Asimismo, Rodrigo Lavín, director ejecutivo de ADIAC, destacó que “aplaudimos la creación de esta iniciativa en la cámara baja, la que ayudará a visualizar la relevancia de la agricultura para algo tan sencillo como tener alimentos sobre la mesa. Para este fin siempre estaremos disponibles a cooperar desde la experiencia y conocimiento técnico de la cadena productiva”.
Los parlamentarios coincidieron en que la agricultura es un motor del país y tal como sostuvo el diputado independiente, Johannes Kaiser, “dentro de nuestros compromisos está el impedir iniciativas legales que sean nocivas para la agricultura y diseñar políticas que podamos implementar y vayan de la mano de regular al sector agrícola”.
En la misma línea, la legisladora del Maule Paula Labra (ind-RN) afirmó que “el campo alimenta a Chile” y que ella, desde su rol como integrante de la Comisión de Agricultura de la Cámara está empeñada en “darle mayor énfasis a la vida rural y por supuesto preocuparnos de ayudar a nuestros agricultores y la seguridad agroalimentaria en nuestro país”.
Participaron de la actividad los diputados Héctor Barría (DC), Cosme Mellado (PR), Hotuiti Teao (ind-Evópoli), Felipe Camaño (ind-DC), Benjamín Moreno (Republicanos), Johannes Kaiser (ind), Paula Labra (ind-RN), Francisco Pulgar (ind-PDG), Felipe Donoso (UDI) y Joanna Pérez (independiente). Cabe recordar que la Coalición Agroalimentaria de Chile está integrada por la Asociación Gremial Nacional de Productores de Semillas (Anpros); AGV Asociación de Viveros de Chile para especies hortícolas, frutícolas y ornamentales (AGV); Asociación Gremial de Productores y Exportadores de Hortalizas de Chile (Hortach); Asociación Gremial de Distribuidores de Insumos Agrícolas de Chile (ADIAC); Asociación de Productores-Exportadores de Bulbos de Flores de Chile (APEB) y Chilealimentos, que es la Asociación Gremial de alimentos elaborados.
Dra. Eve Crawley, representante de la FAO para Latinoamérica.
Visitó Chillán para exponer en el 8° Congreso Internacional de Ingeniería Agroindustrial en la U. de Concepción, donde apuntó a desafíos desde el punto de vista de la inocuidad y del valor nutricional de los alimentos, de la agregación de valor y de la sostenibilidad de los procesos.
“El desafío principal es avanzar en la transformación de nuestros sistemas agroalimentarios hacia unos más sostenibles, inclusivos, eficientes y resilientes, y esto no es un trabajo fácil en un contexto como Chile, marcado por una gran desigualdad, con problemas de vulnerabilidad climática, de inseguridad alimentaria y nutricional y con la segmentación del sector agrícola que existe”, afirmó la Dra. Eve Crawley, representante regional adjunta de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) para América Latina y el Caribe y representante de la FAO en Chile.
La Dra. Crawley visitó Ñuble para participar como expositora en el 8° Congreso Internacional de Ingeniería Agroindustrial, organizado por la Facultad de Ingeniería Agrícola (FIAUdeC) y el Centro de Desarrollo Tecnológico Agroindustrial (CDTA) de la Universidad de Concepción.
Recordó que son 17 los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) adoptados por todos los miembros de la ONU en 2015. Sin embargo, advirtió que “hay algunos que se están estancando en Chile, incluyendo lo relacionado con cero hambre, con la conservación de ecosistemas terrestres y con la acción climática, donde se requiere un mayor esfuerzo”.
La representante de la FAO acotó, no obstante, que “en Chile se ha avanzado en muchas áreas. Chile es el primer país de América Latina y 28 en el mundo en términos de logro de los ODS. Por ejemplo, se avanzó mucho y se sigue avanzando en la reducción de la pobreza, a pesar de que con la pandemia se revirtió la tendencia, pero, en general, es relativamente bajo. En temas de inseguridad alimentaria también se ha logrado disminuir bastante, aunque con la pandemia subió un poco y ahora tenemos 3,3 millones de personas con inseguridad alimentaria severa o moderada”.
Precisó que esto último “no es un problema de las calorías, pero sí de la diversidad de lo que se come: comen mucho pan, pero no lo suficiente de otros alimentos. Explicó que “tiene que ver con la disponibilidad, lo que no es un problema para Ñuble, que es una región agrícola; pero también se refiere al acceso económico, hay personas que no tienen la certidumbre de qué van a comer mañana, por la falta de recursos, por el aumento de precios”.
En el ámbito agrícola, añadió, otra meta es duplicar los ingresos de los pequeños agricultores. Frente a ese desafío, dijo que en Chile existe una diferenciación importante, donde los pequeños abastecen el mercado local y los grandes se enfocan en la exportación; además, subrayó que existe una alta desigualdad en el acceso (propiedad) a la tierra, “la más alta de Latinoamérica y el Caribe, pues el 96% de la superficie arable del país está en manos de los medianos y grandes agricultores (explotaciones de más de 20 hectáreas); y por otro lado, Chile es el país con mayor riesgo hídrico y uno de los más altos del mundo, lo que es interesante, porque es el país con mayor cantidad de agua per cápita en la región, pero también tiene zonas con muy poca agua y la economía del país depende mucho del agua”.
CADENA DE VALOR
Advirtió que, en el caso de la agricultura, no basta con mirar solamente el espacio agrícola, sino que también se debe mirar la vinculación con el entorno, que en el caso de Ñuble alberga una gran biodiversidad, donde las prácticas agrícolas podrían afectar variadas especies en peligro de extinción, como el queule o el huemul.
Crawley mencionó, en ese contexto, el proyecto +Bosques, que ejecuta Conaf, y que en la región de Ñuble comprende trabajos en áreas de forestación, restauración ecológica, manejo sustentable de bosques y prevención contra incendios, dentro de 1.500 hectáreas, entre 2021 y 2026.
Mirando la cadena de valor de los alimentos, la profesional apuntó a desafíos desde el punto de vista de la inocuidad y del valor nutricional de los alimentos, de la agregación de valor y de la sostenibilidad de los procesos, dado que muchas veces implica cadenas largas, porque Chile es un exportador neto de alimentos.
Precisó que la agricultura es responsable del 10,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y si se considera toda la cadena de valor de los alimentos, su aporte sube al 30% en Chile. “No es menor, tenemos que asumir esto, y una forma de hacerlo es a través de circuitos más cortos; creo que hay una gran oportunidad aquí en Ñuble, que tiene una capacidad de producción, de fortalecer la vinculación de los productores campesinos con los consumidores urbanos de la zona, lo que permite a los consumidores comprar más barato, y a los productores, ganar más plata, porque se prescinde de los intermediarios. Los circuitos cortos, además, tienen una menor huella de carbono”.
De igual forma, relevó el programa de alimentación escolar de Junaeb como otra gran oportunidad de mejorar la calidad de la alimentación de los menores y potenciar la producción campesina local.
En el marco de su visita, la Dra. Crawley sostuvo, además, encuentros con el gobernador regional, Óscar Crisóstomo; con el seremi de Medio Ambiente, Mario Rivas; y con el director de Conaf Ñuble, Renzo Galgani.
Barcelona, España – Hace pocos días concluyó el exitoso Congreso Mundial de Semillas 2022 de la ISF. El evento reunió a más de 1.500 profesionales del sector semillero, que representaron a 400 empresas y alrededor de 70 países. Se abordaron los principales desafíos para promover aún más la innovación, el movimiento internacional de semillas de calidad y la necesidad de tomar medidas para impulsar el compromiso con la cadena de valor.
Desde Chile participaron 20 personas, representando a 13 empresas de nuestra industria semillera, además de nuestro director ejecutivo, Mario Schindler, quien cada año asiste por parte de ANPROS
La semana anterior y el día siguiente al congreso, también tuvieron lugar las reuniones de 11 Grupos de Coordinación, 3 Grupos de Expertos, el directorio y las Secretarías de las Asociaciones Nacionales de Semillas.
En estas actividades participaron Mario Schindler como representante de Anpros en varias de dichas instancias, Claudio Sandoval, de la empresa Antufén, quien es el representante de Chile en el grupo de coordinación de temas fitosanitarios y Winston Colvin, de la empresa South Pacific Seeds Chile, que forma parte del Grupo de Trabajo sobre producción de semillas de hortalizas de la ISF.
En estas reuniones, con diferentes expertos de la industria, se abordaron temas clave sobre ciencia e innovación, acceso al mercado, prácticas comerciales y comunicaciones.
Iniciativa que busca proteger las turberas de la sobreextracción también prohíbe la importación de turba, que es esencial para la producción de plantines, especialmente de hortalizas.
“Sin turba no hay hortalizas en Chile… Estamos impactados, estupefactos ante este atentado contra las hortalizas y en general contra todos los alimentos que produce el sector agrícola”, plantea Cristián Muñoz, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Hortalizas, Hortach. Se refiere al proyecto de ley, que ya está en su tercer trámite legislativo en el Senado, que nació como una moción parlamentaria con el objetivo de proteger las turberas de la sobreextracción en la zona sur del país y terminó prohibiendo también la importación y comercialización de turba, insumo esencial para la agricultura.
Muñoz atribuye al desconocimiento que se haya llegado a este punto en la tramitación de la iniciativa, sin que haya conciencia de las consecuencias que podría provocar.
Se refiere al impacto que podría tener en lo económico y en lo social, ya que afectaría, en el caso del gremio que representa, en la economía familiar campesina, a más de 35 mil pequeños y medianos productores de hortalizas frescas del país y contra las casi 70 mil hectáreas de hortalizas frescas que se producen en Chile, parte de las cuales van a la agroindustria.
Los gremios agrícolas tras conocer tardíamente que el proyecto ya había avanzado en la Cámara de Diputados, se unieron en una coalición que incluye a asociaciones como Chilealimentos, Viveros de Chile, Anpros, Fedefruta y Hortach para hacer presente sus puntos de vista respecto de las consecuencias que tendría el proyecto de ley sobre protección ambiental de turberas.
Lo que dejan en claro es que la agricultura se nutre de turba importada en prácticamente el total de sus necesidades para la producción de plantines desde hace más de 30 años, y que coinciden con la génesis del proyecto que pretendía proteger las turberas y las formaciones secundarias de musgo Sphagnum, para conservarlas como reservas estratégicas.
Insumo esencial
Los afectados por esta prohibición serían los viveros y plantineras, que no cuentan con sustratos que puedan reemplazar la turba, y los agricultores, que enfrentarían un alza de costos de las plantas.
Advierten que la base y el comienzo de toda producción de hortalizas, verduras, flores, entre otras, es la producción de las plantas en viveros y plantineras, que posteriormente son plantadas en los predios. Es el caso de especies como lechugas, espinacas, acelgas, pepinos, zapallos italianos, melones, sandías, espárragos, alcachofas, ajos, ají, repollos, pimentones, cebollas, tomates, coliflor, brócoli, cuyas semillas primero son sembradas en almácigos preparados en viveros e invernaderos y cuando alcanzan un determinado desarrollo son trasladadas al campo para cultivarlas.
Y ese proceso requiere como insumo esencial la turba, que es el sustrato que se usa en los almácigos y bandejas para la germinación y primer desarrollo de la planta.
Polémica prohibición
“Resulta complejo que esta iniciativa legislativa prohíba la importación y comercialización de turba proveniente de países que cuentan con toda una normativa de sustentabilidad medioambiental y certificaciones que nos han garantizado por años el respeto por el medio ambiente y la biodiversidad”, destaca Juan Manuel Mira, vicepresidente de Chilealimentos.
La turba que llega desde países como Finlandia, Países Bajos, Alemania, Canadá, homogénea y especialmente formulada para cada especie, sirve para geminar las semillas o reproducir plantas vigorosas y sanas, que se injertan y posteriormente se trasladan al campo. Destacan que es el uso más eficiente que se ha desarrollado para maximizar el uso de semillas de alto valor comercial.
Aclaran que son temas distintos el caso de la turba nacional y la importada.
“No acabamos de comprender cómo se llegó a prohibir la importación y comercialización de turba cuando el 98% de lo que usamos es traído desde países desarrollados. Eso no tiene nada que ver con lo que ocurre en Chiloé y en el sur con las turberas. Eso tiene que regularse y sancionar las malas prácticas que hay. Estamos de acuerdo con eso, pero no mezclarlo con la importación y comercialización, porque eso sería cerrar la producción de hortalizas en Chile”, señala Cristián Muñoz, presidente de Hortach.
Muñoz agrega que si se le plantea a cualquier plantinero cambiar de sustrato, va a decir que no porque sería arriesgar su negocio.
“La turba importada tiene un poder de germinación que supera el 95% por sobre otros sustratos que no están suficientemente estudiados, como fibra de coco o cáscara de arroz, por su pH, su conductividad eléctrica, su retención de humedad, por su homogeneidad y porque son de alta tecnología, ya que vienen preparados específicamente para cada especie. Son como las fórmulas para las guaguas y hoy no hay tecnología en Chile para producirla. Todo eso permite una producción de muy bajo precio comparada con otros países”, recalca Muñoz.
Impacto económico
Los directivos agregan que dejar de usar la turba importada significaría volver al uso de tecnologías de producción del siglo pasado, lo que redundará en pérdidas de hasta el 50% de las plantas, por problemas fitosanitarios al tener que usar el suelo para los primeros estados de desarrollo de las plantas. Con eso aumentarían los costos de producción, que se deberían traspasar a precios de los productos finales. Y ahora que la inflación es tema mundial, los representantes de los gremios agrícolas destacan que las hortalizas son los alimentos de mayor incidencia en el IPC.
Al interior del sector hortícola, del que dependen aproximadamente 140 mil personas, se calculan efectos en la producción y empleo en la Agricultura Familiar Campesina. De hecho, se estima que el 70% de la producción nacional de hortalizas la realizan pequeños productores, el 25% de ellos, en una superficie de menos de media hectárea.
Sin disponibilidad de turba importada, destacan que la horticultura quedaría a merced de competencia desleal de parte de importaciones de hortalizas desde terceros países, principalmente desde Perú, desde donde ya se interna una cantidad y variedad apreciable de hortalizas, país que seguirá contando con turba importada.
Conflicto internacional
Los gremios agrícolas complicados con la iniciativa legal advierten también respecto de posibles conflictos del país con la Organización Mundial de Comercio, que regula el comercio internacional, y que exige, por ejemplo, que para prohibir o afectar reglamentariamente un producto los países deben exhibir razones técnicas fundadas.
Así, si Chile no presenta un informe técnico que justifique su medida, podría entrar en conflicto con las normas de la OMC. Además, la prohibición podría afectar los tratados de comercio que Chile mantiene con la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, exportadores de turba.
Advierten también que los tratados internacionales suscritos por Chile establecen que las normativas ambientales que apliquen los países no pueden abarcar más allá que su propio territorio. De ahí que si prosperara la prohibición aduciendo la conservación de recursos en terceras naciones, eso excede el ámbito de atribuciones.
Con la negativa a las importaciones de turba, Chile se convertiría en el único país que no utilizará este recurso, lo que hará perder competitividad internacional a su industria hortícola.
Mientras se esperan novedades desde el Congreso, los gremios se reunieron con el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, en busca de apoyo.
Los buenos valores del maíz y la sólida demanda externa por hortalizas orgánicas proyectan una temporada sólida para la producción y venta de semillas en Chile.
Marta Lira lleva un cuarto de siglos en la producción de hortalizas. Su centro de operaciones es el valle de Casablanca, en la Región de Valparaíso. Fue pionera en la producción orgánica para el mercado chileno. Sin embargo, su proyecto se estrelló contra una demanda local que no estaba dispuesta a pagar el costo extra que significa ese tipo de agricultura.
Hace una década, Lira tomó un camino intermedio. Una parte de su campo de 23 hectáreas, ubicado en el camino hacia Algarrobo, se dedicó a la producción de hortalizas de manera convencional. Otra parte de la propiedad la reservó para reproducir semillas orgánicas de zapallos, tomates, betarragas y melones, entre otras verduras. El producto final se embarca a Europa.
Este año trajo buenas noticias para Marta Lira. En invierno, la etapa de menor producción en el año, logró contratos para cultivar 3,5 hectáreas de semillas orgánicas para consumidores europeos y en el verano podría sembrar cerca de 6 hectáreas. Por tratarse de un trabajo muy detallista, la producción de semillas ocurre en espacios reducidos y requiere de agricultores especializados y dispuestos a invertir bastante más de lo usual por hectárea, pero con rentabilidades superiores.
“En la superficie de invierno crecimos al doble. No pudimos subir más porque nos topamos con una falta de mano de obra. Hay una mayor demanda por hortalizas orgánicas en Europa”, explica Lira.
En otros rubros semilleros, como el maíz o los cultivos forrajeros para el mercado local, también se ve una demanda sólida para el año agrícola 2021-2022.
Los resultados de este negocio son relevantes para el resto del agro. El año pasado se exportaron US$ 346,8 millones y se vendieron US$ 125 millones en semillas a nivel local. Se trata de un rubro muy exigente, donde requieren de medidas de aislación geográfica hasta trabajo manual de cada planta para lograr una correcta reproducción, que ha posicionado a Chile como un actor vital en la producción mundial de alimentos. Por otra parte, las mejoras en la genética han permitido saltos en la producción local de trigo y remolacha, entre otros cultivos.
En todo caso es un sector con realidades muy diversas, pero muestra señales más que interesantes en el nuevo año agrícola.
“En las temporadas anteriores, las decisiones de siembra se retrasaban cada vez más. Este año seinvirtió la tortilla. Lo vemos en la facturación. Hay interés por sembrar, algunos agricultores hacen pagos al contado para asegurar precio y producto. Tuvieron buenos resultados en la pasada cosecha y prefieren asegurar los insumos para el nuevo año”, sostiene Ricardo Behn, gerente de la División Semillas de Anasac.
Mario Schindler, gerente general de la Asociación Nacional de Productores de Semillas, Anpros, recuerda eso sí que el sector depende mucho del acceso al agua.
“En las últimas temporadas hemos visto un movimiento de la producción de semillas desde el centro del país hacia el sur. La industria está buscando una mayor seguridad de riego”, sostiene el dirigente.
Fuerte demanda por forrajeras
El alza mundial de los commodities se ha hecho sentir en la venta de semillas dentro de Chile. Un caso notorio es el del maíz, que se ha vuelto la vedette de esta temporada entre los agricultores, con una importante demanda por semillas. Sin embargo, más quitadas de bulla, las forrajeras también van al alza, aupadas por la demanda de la industria de la leche y la carne vacuna.
En el caso de las forrajeras, hay que distinguir dos grandes grupos: la alfalfa y el resto. La primera se produce principalmente en la zona central y el año pasado tuvo una muy buena demanda por la escasez relativa de alimentos para el ganado. Este año se prevé una superficie un poco más baja en la zona centro norte por la competencia de otros rubros, mientras que habría un aumento
en la parte sur del Maule y en las regiones de Ñuble y Biobío. En todo caso, los movimientos que pueda haber en cuanto a siembra van a depender de cómo evolucionen en las próximas semanas los precios del maíz, un actor relevante en la alimentación de los planteles lecheros.
En tanto, las semillas de ballicas, que sirven de base para las praderas sureñas, tienen una demanda muy fuerte. Por lo menos se espera vender de manera similar al año pasado. Los canales de distribución tienen stocks muy bajos producto de la buena venta de 2020. Adicionalmente, la falta de lluvias en Los Lagos y Los Ríos hace necesario que los ganaderos siembren para reponer la masa vegetal perdida. También ayudan los altos precios que están recibiendo los productores lecheros, lo que los hace más proclives a hacer este tipo de inversiones.
En el caso del maíz, la alta demanda de China ha dejado los stocks mundiales muy bajos. Como localmente se produce menos de la mitad de lo que necesita Chile, los precios internacionales se transmiten directamente. En la última temporada los agricultores tuvieron una combinación pocas veces vista: buena producción y altos precios. Gracias a que quedaron capitalizados, este año apostarán a aumentar su superficie.
“Hay mucho interés por sembrar maíz. Creemos que la demanda por semillas de maíz podría subir entre 10 por ciento a 20 por ciento. Los altos precios del maíz mantienen interesados a los agricultores en siembra tanto para grano como para ensilaje en el sur. La única dificultad que vemos es que el precio de los arriendos de tierra subió mucho, lo que se suma al alza de los fertilizantes”, sostiene Sebastián Ojeda, gerente general de KWS Chile.
Tampoco se escapa del análisis sobre el maíz, el crecimiento que está teniendo en el sur, como complemento para ensilaje ganadero. Se estima que en la nueva temporada se deberían, por lo menos, mantener las casi 14 mil hectáreas de maíz de ensilaje que se sembraron el año pasado.
En tanto, en el caso del trigo, se prevén dos realidades. Del Biobío al norte se espera una baja en la demanda por semillas de ese cereal debido a la competencia por superficie con el maíz. Sin embargo, de La Araucanía al sur se espera que el área triguera se mantenga, pues los precios están en niveles que aseguran una buena rentabilidad.
En el caso de la remolacha, que es determinada por la demanda que fija cada año la Iansa, se espera que la superficie sembrada se acerque a las 10 mil hectáreas, con una importante concentración en la región del Ñuble. Más al sur, el cu
ltivo de la remolacha forrajera, destinado a la ganadería, podría acercarse a las 4.000 hectáreas, dados los buenos resultados de los últimos años en cuanto a productividad, que han llegado a las 30 toneladas por hectárea cuando hay riego, y al alto costo de los alimentos alternativos.
En cuanto a las hortalizas, grupo que está conformado por muchas especies distintas, se espera un año ligeramente inferior al año pasado, que fue excepcionalmente alto. La principal razón es que en la Región Metropolitana, el tradicional bastión de esos productos, el acceso al agua sigue siendo crítico.
“Se deberían necesitar semillas para sembrar unas 65 mil hectáreas de hortalizas, no muy diferente que el año pasado. En lo que sí hay cambios notorios es en la distribución geográfica. Hay un movimiento importante hacia el sur, en zonas como Los Ángeles o La Araucanía pues hay abastecimiento más seguro de agua. Se trata de productores grandes que vienen de los cereales y que tienen riego tecnificado. Ven en las hortalizas una oportunidad interesante de negocios”, sostiene Lautaro Lazo, gerente de ventas de Semillas Agrical.
Exportadores miran el clima de Estados Unidos
Brian Blackburn se mueve entre La Araucanía, donde produce semillas, y Chillán, la ciudad donde embala su producción. Sin embargo, sus ojos están puestos en Europa y Norteamérica.
Como buena parte del negocio semillero chileno, la empresa de Blackburn, SG 2000, está orientada a la exportación. Casi tres cuartos de la industria dedica sus esfuerzos a abastecer en contra estación las necesidades del hemisferio norte.
En el caso de Blackburn, su eje es la producción de semillas de hortalizas, legumbres y de oleaginosas.
“En esta época del año, se empiezan a recibir los pedidos desde el extranjero. Se ve un mayor interés, por lo menos en oleaginosas y legumbres, que son los rubros que manejo. Me parece que les falta semilla en Europa. En todo caso todavía falta para cerrar los tratos, recién hace un mes mandamos los últimos contenedores de la temporada recién pasada”, sostiene el presidente de SG 2000.
El ejecutivo explica que esta temporada tiene una dificultad adicional al momento de exportar: la falta de reuniones presenciales con los clientes extranjeros debido a las limitaciones de desplazamiento entre países. Donde más problemas produce es en la búsqueda de clientes nuevos. El negocio semillero descansa en una logística muy ajustada y en la capacidad de ambas partes de enfrentar cambios de último minuto en la demanda. Además, se requiere una gran confianza en la empresa que reproduce las semillas en Chile, pues se trata de material vegetal de desarrollo reciente y al obtentor le interesa que no se realicen copias piratas de sus avances.
“El tema de garantizar la confianza con un cliente que nunca has visto en persona es más difícil”, reconoce Brian Blackburn.
De hecho, uno de los grandes desafíos que ha traído la epidemia de coronavirus para la industria semillera ha sido generar reportes detallados para los clientes extranjeros.
“En nuestro caso, utilizamos mucha tecnología remota para entregar información relevante. Antes nuestros clientes nos visitaban una vez al año. Como empresa tenemos el 100% de nuestros campos vigilados por satélites. Se puede ver el desarrollo de los campos día a día desde cualquier lugar del mundo”, explica Winston Colvin, gerente general de South Pacific Seeds.
¿Y qué pasa con la demanda en la nueva temporada exportadora de semillas?
Algo similar al mercado interno, en que la gran novedad viene del lado del maíz. Su peso en la industria semillera chilena es inigualable, el año pasado se exportaron US$ 99,5 millones en ese grano.
Las empresas que reproducen semillas en Chile para suplir la demanda del hemisferio norte están a la espera de ver qué pasa con el clima en Estados Unidos. Si se registran problemas, aumentan las posibilidades de que se requiera producir más semillas en este lado del mundo.
En todo caso, todo parece indicar que la demanda irá al alza. De hecho, de manera inédita, algunas empresas semilleras están arrendando campos para ellas realizar la reproducción, como una forma de asegurar superficie ante la pelea que les darán en maíz de grano.
Hay que tener en cuenta que la producción de semillas requiere de aislación geográfica, que en el caso del maíz tiene que ser por lo menos de 300 metros mientras que en el caso de los girasoles llega a 3 kilómetros, de un cultivo similar para evitar la contaminación con genes no deseados.
En el caso de las hortalizas hay que estar atento a la evolución del clima en California. Esa región de Estados Unidos, que es el principal abastecedor de frutas y verduras de ese país, está enfrentando una sequía histórica. Por el momento, se espera una mayor demanda por semillas de pepinos y zapallos. La lista de encargos para reproducir en Chile, en todo caso, podría aumentar si la falta de agua se agudiza.
Colvin recuerda, que más allá de las variaciones anuales del resto de la industria, la necesidad de semillas orgánicas de hortalizas crece de manera constante.
“En la última década la demanda por ese tipo de semillas no ha dejado de crecer. De hecho, tenemos un déficit de agricultores para abastecer la necesidad que existe. Debería producirse una alianza con la agroindustria y los comercializadores de hortalizas frescas para fomentar un aumento de la superficie”, sentencia Colvin.
Fuente: El mercurio Campo https://www.elmercurio.com/Campo/Noticias/Noticias/2021/06/01/revista-campo-altos-precios-semillas.aspx
Según la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura), las semillas son la base principal para el sustento del ser humano. ¿Es posible que se conviertan también en la base principal de la vida en los suelos, el inicio de un suelo vivo? Las crecientes necesidades mundiales de alimentación requieren un potente e innovador compromiso de la industria de la alimentación para responder a estos nuevos desafíos.
Es innegable que, gracias a la innovación, la biotecnología y la inversión en el desarrollo de las semillas, hoy estamos en un escenario cada vez más auspicioso: variedades cada vez más resistentes, fitosanitarios más eficientes y calidades más elevadas. Aunque parezca increíble, todo en un pequeño grano. Además de ser la base del sustento humano, la semilla puede convertirse también en la base del sustento del suelo y con ello, en todo lo que la producción de cultivos requiere.
Para contextualizar, según las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el 2030 seremos 7.500 millones de seres humanos y, más que retroceder, esa cifra irá en aumento sumando cada vez más bocas que alimentar pues se proyecta que para el 2050 sobrepasemos los 9.700 millones de personas. Todo un desafío para el mercado mundial de alimentos en el que la agricultura, y en particular los cereales, tienen un rol preponderante y la responsabilidad urgente de avanzar hacia la sostenibilidad.
El aumento del rendimiento de cultivos en esta área se presenta entonces como una ambiciosa tarea en respuesta al alza sostenida de la demanda mundial por alimentos. No obstante, en este camino, se interponen diversas vallas como el cambio climático, donde las condiciones de crecimiento son cada vez más hostiles producto de las sequías, inundaciones y suelos más deteriorados; o la falta de acceso a semillas de calidad, factor que se ha tornado decisivo en términos de productividad. Esto ha impulsado a la industria a poner el foco en la innovación biotecnológica en busca de alternativas viables que afronten este reto. O más que el foco, poner el microscopio en agentes casi invisibles pero vitales: los microorganismos.
Producir más y mejor desde el origen
¿Cómo aumentar considerablemente el rendimiento de los cultivos, respondiendo a los factores antes mencionados? Las semillas nos han demostrado ser capaces de portar todo tipo de tecnología por lo que una alternativa factible y sustentable es dotarlas de más vida, utilizando productos netamente biológicos como los microorganismos vivos, capaces de adaptarse a la tecnología que hoy día ya incorporan las semillas y de mejorar, además, la condición del entorno donde van a desarrollarse.
Esta línea de tratamiento de los cultivos ya está siendo desarrollada en el mundo por empresas que han apostado por la investigación e innovación desarrollando estudios y productos con los enormes potenciales que tiene el uso de estos microorganismos, haciendo posible la convivencia de estos seres vivos con químicos en una misma semilla. El Rizobium para las leguminosas es uno de ellos, pero no el único. Hay más, mucho más. Gracias a años de estudio, desarrollo e investigación, hoy es posible llevar la vida a la semilla prácticamente en todos los cereales, con excelentes compatibilidades y con permanencias muy elevadas.
Un ejemplo de esto es Resid HC, una formulación del hongo micorrízico Glomus iranicum var. tenuihypharum, patentado por la empresa Symborg hace ya 10 años, con el cual se recubre la semilla permaneciendo inactivo de manera prolongada, además de ser compatible con muchos de los fitosanitarios que hay en el mercado y permitir el almacenamiento de la semilla sin ningún efecto adverso.
¿Cuál es su aporte? En palabras sencillas, el uso de este ser vivo en la semilla de cereales permite optimizar la absorción de nutrientes y agua, con lo que la planta alcanza un equilibrio hormonal más controlado, mostrando una mejor respuesta ante cualquier tipo de estrés abiótico, con el consecuente incremento de la capacidad productiva del cultivo.
Esto fue corroborado también por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción que durante dos años consecutivos validó los efectos de la aplicación de productos basados en este hongo (RESID HC desarrollado por Symborg) en el cultivo de trigo Pantera INIA. Esto aumentó el rendimiento del grano con ambos tratamientos e incrementó el número de espigas por hectárea, mejorando la calidad del mismo. En términos económicos, significó un aumento del ingreso neto del cultivo de trigo de $247.592 por hectárea al utilizar los tratamientos con este inoculante biológico.
¿Qué más podemos esperar de la biotecnología en la semilla? Mucho, sin duda. Trabajos en el género Trichodermas o bacteria como fijadores de nitrógenos, nos permiten estar optimistas ante estos grandes desafíos. La investigación tampoco se detiene con este gran avance en el aumento de rentabilidad de los cultivos y nos regala una buena alternativa para afrontar los retos que se nos vienen de alimentar más y mejor a una población cada vez más exigente y numerosa.