El Derecho a la Alimentación en riesgo: Cinco razones
En los últimos días, la comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional ha aprobado una serie de normas que apuntan a la agricultura, directa o indirectamente, abordando materias como el derecho de propiedad, acceso al agua, modelo económico, etc.
Dos de estas normas son directamente perjudiciales para el desarrollo de la actividad semillera y para la producción de alimentos:
- 113-5 Sobre Soberanía Alimentaria.
- 521-5 Sobre la protección de las semillas como patrimonio natural vivo y que incorpora la figura del guardador/guardadora, curador/curadora de semillas.
De prosperar estas normas, las más perjudicadas, además de la agricultura en general, serán las personas, la ciudadanía, pues sus consecuencias serán alimentos más escasos, menos diversos, de menor calidad nutricional, con cultivos más propensos a enfermedades y al cambio climático, y por consiguiente alimentos más caros.
¿POR QUÉ? CINCO RAZONES POR LAS QUE SON UN RIESGO PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN:
- UNA AGRICULTURA SIN AGRICULTORES.
El artículo 2 de la Norma 113-5 establece que sólo los agricultores artesanales y los pertenecientes a pueblos originarios serán los “actores esenciales” de la producción de alimentos en el país. Ellos serán reconocidos por el Estado a la hora de generar apoyos, regulaciones y acceso a tecnología. Por el contrario, todos los demás productores, gran parte de los 300 mil agricultores del país que contabilizó el Censo 2007, serán por definición “no esenciales”.
Excluir arbitrariamente a un grupo mayoritario de actores del mundo rural tendría gravísimas consecuencias para la seguridad alimentaria del país y el empleo, no sólo por el golpe dramático que se daría a la fuerza productiva, sino también por borrar del mapa a cerca del 97% de la superficie cultivable del territorio nacional.
- CIERRE DE FRONTERAS AL LIBRE INTERCAMBIO DE ALIMENTOS.
El primer inciso de la norma 113-5 define que el país deberá pasar a una etapa en que el objetivo de la agricultura es “la producción de alimentos para el consumo interno”, como parte esencial de la “soberanía alimentaria”.
Pese a que es un artículo que puede parecer benigno, implica un desastroso escenario, pues se aleja diametralmente de los objetivos diseñados por los organismos internacionales, como la FAO, en que se apunta que la meta de los países debe ser la seguridad alimentaria: El derecho de las personas a acceder a una alimentación segura, nutritiva y en cantidad suficiente, para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias, permitiéndoles una vida activa y saludable.
En un mundo globalizado, con desafíos comunes y en que la crisis climática afecta a cada rincón del planeta, es indudable que esa seguridad alimentaria plantea una interdependencia, en que las fronteras abiertas y el intercambio comercial entre los países son también fundamentales para la seguridad alimentaria.
- FIN AL MEJORAMIENTO DE SEMILLAS.
Transformar a todas las semillas en patrimonio común, poniendo fin a la propiedad intelectual que implica su mejoramiento, es la principal amenaza a la seguridad alimentaria del país, pues se eliminará un incentivo fundamental para el desarrollo permanente de cultivos con mayor rendimiento, que se adaptan a la crisis climática y que resisten enfermedades y plagas. Eliminar esta tarea como una actividad comercial, sólo perjudicará a la ciudadanía.
El artículo 11 de la norma 113-5 señala que “el Estado protegerá y reconocerá como patrimonio inapropiable de los pueblos, las semillas y todo material de propagación, ya que su existencia y diversidad son la base de la alimentación del país” y que “queda prohibida cualquier forma de privatización de semillas, material vegetal de propagación, animales y otras formas de vida, incluidos los procesos vitales, los componentes y estructuras celulares, genéticas y químicas de ellas”.
En la misma dirección apunta el artículo 1 de la norma 521-5, que señala que “el Estado de Chile reconoce la semilla libre de intervención como patrimonio de la humanidad y patrimonio cultural vivo. Perteneciente a los pueblos, campesinos y personas naturales rurales y urbanas que las utilicen con cualquier finalidad no relacionada con intervenciones y privatizaciones o patentaciones”.
No son las semillas lo que se expropia, sino que el trabajo de los productores de semillas para poder mejorarlas, a través del fitomejoramiento, para hacerlas más resistentes a enfermedades o plagas, adaptarlas al cambio climático, a la crisis hídrica y mejorar su rendimiento. Por ejemplo, el trigo, que con 220 mil hectáreas es el que cuenta con la mayor área de cultivos en Chile, en 1980 tenía un rendimiento de 1.700 Kg por hectárea y hoy es de 6.200 Kg por hectárea.
- APAGÓN TECNOLÓGICO EN EL SIGLO 21.
La revolución del conocimiento y los cambios que está experimentando la producción de alimentos en todo el mundo, a través del desarrollo tecnológico, son quizás la mayor esperanza para garantizar que las naciones del planeta podrán derrotar el hambre, incluso en un contexto de crisis climática, de responsabilidad de la propia humanidad.
Pues bien, una serie de medidas incluidas en las normas 113-5 y 521-5 apuntan en la dirección contraria: Control del Estado a las técnicas de fitomejoramiento y el cierre de fronteras con sello constitucional a la importación de avances tecnológicos en materia alimentaria.
La regulación en base al miedo, a los temores, sólo perjudicará a la ciudadanía.
Por el contrario, el Estado debería promover la coexistencia, en que garantiza la preservación de las variedades ancestrales de semillas, como una forma de proteger un patrimonio cultural e histórico del país, y al mismo tiempo velar por potenciar la investigación científica, el desarrollo tecnológico y el acceso a todos los insumos productivos que permitan, de manera sustentable, respetuosa del medioambiente y en coexistencia con los saberes y métodos ancestrales de producción, garantizar la seguridad alimentaria de los habitantes del país.
- EL EXILIO TERRITORIAL DE LA AGRICULTURA MODERNA.
El inciso segundo del artículo 3 de la norma 521-5 señala que “se establecerá un mínimo de al menos doce kilómetros de distancia entre un cultivo que utilice sustancias químicas sintéticas y una población humana o un cultivo de semillas limpias”.
Esta norma hace prácticamente impracticable la agricultura, fruticultura, ganadería y otras formas de producción de alimentos en el país, pues todas ellas, de una u otra forma, utilizan fertilizantes, productos fitosanitarios y muchos otros estimulantes foliares, de origen químico sintético. Si se pusiera en práctica esta nueva geografía agrícola, el suelo cultivable con técnicas modernas de producción pasaría a ser cercano a cero. Sería exiliar a los agricultores, criminalizar la actividad y ponerles un cartel de indeseables.
Por el contrario, el Estado debe asegurar la seguridad sanitaria de los habitantes del país, garantizando que esa producción cumple con todas las medidas de seguridad para la población, los trabajadores y el consumidor, incluyendo los cultivos con semillas de variedades tradicionales, que también utilizan productos controladores de plagas, como las larvas de polillas en Arica.
NO PERDAMOS LA OPORTUNIDAD DE FORTALECER EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN
Es necesario poner una voz de alerta, de atención. Chile necesita una agricultura capaz de sortear los desafíos del siglo 21 y seguir aportando a al desarrollo del país, a la alimentación de sus habitantes y especialmente dar un impulso al mundo rural. No desperdiciemos la oportunidad de sentar las bases del desarrollo de la agricultura, la protección del medio ambiente y los ecosistemas, así como del rescate a nuestro patrimonio fitogenético, a través de una Constitución que lo reconoce, lo potencia y entrega una hoja de ruta para su protección. Chile se lo merece.
Gremio de semilleros expresa preocupación por propuesta constitucional
Tras la aprobación este pasado martes de la norma que reconoce la semilla como patrimonio cultural, el director ejecutivo del gremio advierte que esta norma, además de otros artículos aprobados en Comisión de Medio Ambiente hacen que “desaparezca la propiedad intelectual, por lo que no hay ningún incentivo para que profesionales chilenos se dediquen a la investigación, al desarrollo de nuevas variedades o procesos”.
Miguel Patiño
Una dura respuesta emitió el gremio Asociación Nacional de Productores de Semillas (Anpros) ante un conjunto de propuestas aprobada este martes en el seno de una comisión de la Convención Constitucional. «Con las normas que se están hasta el momento aprobando, la actividad semillera en Chile no tiene sustento, no es viable, y por lo tanto la producción de cultivos no es viable», señaló Mario Schindler, director ejecutivo de la organización que reúne a las empresas especializadas en el desarrollo y distribución de semillas.
La declaración fue gatillada luego de que este martes, la Comisión 5 de medioambiente, derechos de la naturaleza, bienes naturales comunes y modelo económico del órgano redactor aprobara con 10 votos a favor y 9 en contra el artículo 1, que señala: “El Estado de Chile reconoce la semilla libre de intervención como patrimonio de la humanidad y patrimonio cultural vivo. Perteneciente a los pueblos, campesinos y personas naturales rurales y urbanas que las utilicen con cualquier finalidad no relacionada con intervenciones, privatizaciones o patentaciones”.
Gloria Alvarado, convencional (D16) que votó a favor de esta propuesta, señaló a Redagricola que “reconocer a la semilla como patrimonio natural de nuestro país es un avance pues proteger y valorar nuestra biodiversidad es esencial ante el escenario de crisis climática, junto al resguardo del agua por supuesto, como bien común esencial para la vida y los ecosistemas”.
Alvarado agregó que están votando en general distintas propuestas de norma, donde destaca además aquella que incorpora la figura del guardador o curador de semillas, que en particular fue aprobada por 14 votos a favor, 3 abstenciones y uno en contra. “Esta es una más de las normas que se están debatiendo sobre este tema y ahora queda abierta a recibir indicaciones para ser mejorada y que pueda ir a votación al Pleno con un apoyo amplio para lograr la votación por 2/3”.
No obstante, el artículo generó crítica, lo que se suma a la polémica norma sobre soberanía alimentaria votada la semana pasada en la misma comisión. Schindler, de Anpros, señaló a Redagrícola que “estas normas lo que están haciendo es matar a la agricultura. El mensaje tiene que ser súper claro y nosotros como gremio lo estamos mirando de esa manera, aquí se destruye la actividad agrícola en Chile”.
El vocero del gremio semillero explica que si bien lo ideal sería que se respetara y hubiera un acuerdo en que el artículo 1 aprobado está referido a las variedades ancestrales, donde están a favor que quede consagrado su protección y fomento, sí creen que esto es más bien materia de ley porque “son demasiado específicas para ser normas constitucionales, y si es así nos vamos a llenar de normas”.
Sin embargo, la posibilidad de cerrar el desarrollo o trabajo genético a nuevas posibilidades es donde recaen las críticas.
“Si no tenemos semillas, que es lo más probable con las normas que se están hasta el momento aprobando, la actividad semillera en Chile no tiene sustento, no es viable, y por lo tanto la producción de cultivos no es viable, la producción de praderas no es viable y eso continúa con la producción de carnes y de leches que no sería viable; la producción de hortalizas no sería viable”, señala Schindler.
Desde el gremio señalan además que tanto las normas de soberanía alimentaria como las referidas a semillas, implican que Chile “dejará su alimentación a cargo de lo que puedan hacer los pequeños agricultores, por lo tanto junto con reflejar un profundo desconocimiento de lo que es el agro en Chile, esto significará una carga muy pesada sobre los hombros de los agricultores”.
Respecto al desarrollo de tecnologías o modificaciones que podrían ayudar a generar cultivos resistentes a sequías o diferentes condiciones adversas, Schindler añade que “no puede quedar establecido en la constitución un bloqueo permanente el acceso a determinadas tecnologías que pueden dar solución al cambio climático o a la sequía que lleva más de 10 años y es más bien una crisis estructural”.
“Si tú bloqueas el acceso a tecnologías como por ejemplo las que te permiten tener maíz resistente a la sequía, que ya es una realidad por ejemplo en Argentina, estarías bloqueado a la agricultura chilena de la posibilidad de enfrentar flagelos que produce el cambio climático y la disponibilidad de agua, sentencia el director ejecutivo de Anpros.
Cabe destacar además que la actividad semillera en Chile, de acuerdo a datos del gremio semillero, representa en el país cerca de 60 mil hectáreas de semilleros (cifras de 2013), y que generan una ocupación cercana a 70 mil personas en empleos directos en su momento alto de la temporada, sin contar los empleos indirectos (como fletes u otros trabajos relacionados).
PROPIEDAD INTELECTUAL
Otro de los artículos, quizás el más polémico de los discutidos ayer en la Convención, es el Artículo 4, que indica:
“La semilla establecida en los términos del artículo 1 solo podrán ser comercializadas en los términos que señale una ley especial, esta ley establecerá criterios preferentes para los productores de pequeña y mediana escala que utilicen técnicas tradicionales y con tratamiento agroecológico, limpias de sustancias sintéticas, y penalizará la modificación molecular de sus estructuras genéticas e hibridación que las dejen estériles o causen modificaciones que altere su fisonomía o calidad nutricional”.
Al respecto, Mario Schindler señala que con estos artículos “desaparece la propiedad intelectual y por lo tanto no hay ningún incentivo para que profesionales chilenos se dediquen a la investigación, al desarrollo de nuevas variedades, procesos, etc; y por otro lado, Chile de esta forma cierra el acceso a variedades internacionales que han estado por mucho tiempo y que han sido la base del desarrollo de la agricultura y particularmente de la fruticultura en Chile”.
Frente a posibilidad de aprobación de estas normas en el pleno, donde requieren dos tercios (104 votos) para ser aprobadas en general, Schindler comenta: “Espero que haya un tercio más uno de los convencionales que puedan tener el sentido común y entiendan lo riesgoso de aprobar normas como estas, sobre todo por las consecuencias que traería para Chile aprobar normas como estas”.
“Como gremio semillero hemos tenido reuniones con convencionales y nuestro mensaje principal es el de la coexistencia, aquí la semilla ancestral, la semilla agrícola, la semilla mejorada, todas responden a una misma necesidad en nuestro país, de que crezca nuestra agricultura y que nuestra sociedad esté bien abastecida de alimentos”.
https://www.redagricola.com/
ANPROS valora presencia del próximo ministro de Agricultura en seminario con gremios y destaca su compromiso a convocar una mesa de semillas
Este miércoles, 02 de febrero, ANPROS organizó un webinar con diferentes gremios con el fin de discutir y analizar el panorama actual del sector productivo, en el marco del debate constitucional. En ese contexto, nuestra asociación agradeció la presencia del futuro ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, quien accedió a la invitación para participar del encuentro.
A la reunión asistieron más de 175 personas, representantes de todo el espectro del mundo rural, dirigentes, agricultores, campesinos y gremios de diferentes rubros del país. En esta instancia, participaron Mario Schindler, director ejecutivo de ANPROS, Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta, y el futuro ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela.
Entre las materias analizadas en el evento estuvo la propuesta de norma constitucional número 113-5, que reconoce el derecho a la soberanía alimentaria y que la semana pasada fue aprobada en general en la Comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional.
Al respecto, Mario Schindler señaló que en la iniciativa se entrega un rol excluyente al Estado, dejando fuera a cientos de miles de agricultores en todo el país y que, más allá de las intenciones de los promotores de la norma, se pone en riesgo la seguridad alimentaria de Chile.
Para el director ejecutivo de ANPROS, el concepto que debe primar en el sector de la producción de alimentos es el de la coexistencia, tal como promueven organismos multilaterales como la FAO, apuntó.
Para Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta, la propuesta que se está debatiendo en la Convención tiene un enfoque urbano y se escapan un poco de la realidad agrícola de Chile. En este sentido, señaló que la seguridad y soberanía alimentaria son términos que se complementan. Asimismo, hizo un llamado a dialogar, a ampliar la mirada respecto a estos temas y a avanzar hacia una sustentabilidad productiva.
Por último, Esteban Valenzuela, futuro titular de Agricultura, rescató la importancia de instancias de diálogo como las sostenidas el día de hoy. En este sentido, afirmó que, una vez que asuma como ministro, dará prioridad a la búsqueda de acuerdos, anunciando que es probable que se convoque a una mesa de semillas y una de trabajo con todos los actores del sector agrícola.
Además, el próximo ministro apuntó que todos los sectores, más allá de las diferencias, deben trabajar en fortalecer los espacios de encuentro, porque a su juicio la agricultura debe ser sustentable, amorosa, pero sin ningún tipo de retroexcavadora.
ANPROS por norma sobre soberanía alimentaria: “Compromete a toda la producción de alimentos, aquí está en riesgo la seguridad alimentaria de nuestro país”
Varias iniciativas se están discutiendo dentro de la Convención Constitucional que podrían afectar -de alguna manera- al desarrollo de la agricultura en particular y el órgano, que redacta la próxima Carta Fundamentala del país, acaba de aprobar en una de las comisiones un proyecto de seguridad alimentaria.
En ese contexto, para la Asociación Nacional de Productores de Semillas (Anpros) consideran que, lo sucedido durante la semana en el exCongreso Nacional de Santiago, es “muy grave“.
En conversación con la ‘Mañana Interactiva’ de Agricultura, el director ejecutivo de Anpros, Mario Schindler, explica que como gremio son responsables de llevar esta voz de alerta, ya que son parte importante de la cadena productiva del país.
“Como gremio creemos que es nuestra responsabilidad de llevar esta voz de alerta. La semilla es lo primero, es el insumo más importante de la cadena productiva, por lo tanto, posiblemente ese es el motivo: Queremos ser el gremio que lleve esta voz de alerta en relación con una norma que se aprobó el martes recién pasado“.
Para el gremio la norma que “reconoce el derecho a la soberanía alimentaria“, no solo compromete la actividad semillera, sino que también “a toda la producción de alimentos en Chile. Aquí está en riesgo la seguridad alimentaria de nuestro país“, advierte Schindler.
En detalle, el director ejecutivo de Anpros explica que esta “establece que la soberanía alimentaria va a estar dada solamente dentro del marco del consumo interno, desconoce absolutamente la importancia que tienen los mercados internacionales para Chile“. Además, señala que para ellos es muy relevante “esta norma reduce la soberanía alimentaria del país”,
“Está acotada a un grupo de la agricultura de nuestro país, creemos que la agricultura en Chile es una sola y tenemos que preocuparnos de cada uno de los actores. Esta norma lo que hace en términos concretos es excluir a cientos de miles agricultores del concepto de soberanía alimentaria y nos parece que no puede ser posible que excluyamos a cientos de miles de compatriotas, agricultores y agricultoras -de lo que nosotros definimos y el concepto que nos gusta utilizar- de la seguridad alimentaria. La producción de alimentos en Chile depende de todos y no solamente de un sector“, agregó.
Sobre por qué sienten que se excluyen a algunos agricultores, señaló que en el artículo dos de la norma dicta que “el sujeto de la norma son campesinos (as), pescadores (as), recolectores artesanales, etc.; con lo cual nosotros tenemos ningún problema (…)“, pero “al referirse como sujeto solamente a este grupo, está excluyendo a un número enorme de agricultores“.
Además, indicó que se “compromete la inversión extranjera”, ya que “se desconoce”. Como también, en el texto se “está acotando el fomento, la investigación y el desarrollo científico por parte del Estado solamente un grupo de agricultores. Establece la fijación de precios en la agricultura, zonas de producción”.
Como también, “se establece que básicamente no va a ver propiedad privada y no solo son sobre las semillas”, sino que también “sobre los materiales vegetales de propagación, animales u otras formas de vida, básicamente toda la agricultura”, manifestó Mario Schindler.
Revive aquí la entrevista al director ejecutivo de Anpros en ‘La Mañana Interactiva’:
Fuente: www.radioagricultura.cl
Economía circular: más que una tendencia, una realidad para la agricultura chilena
El sector agroalimentario enfrenta el desafío de aumentar su productividad de manera sustentable para alimentar a una población creciente, haciendo uso eficiente de recursos naturales y contribuyendo positivamente al medio ambiente y la sociedad. Además, debe dar respuesta a consumidores más exigentes e interesados en productos producidos y elaborados en forma sostenible. Ver artículo completo aquí
La Economía Circular (EC) surge como herramienta que puede contribuir a abordar los desafíos, definiéndose como un sistema que busca maximizar la utilidad y el valor de los productos, componentes y materias primas en todo momento. El concepto fue concebido con la intención de promover un planeta que no genere ningún residuo y que, por el contrario, construya un ciclo virtuoso, donde los recursos naturales y materiales no se agotan, sino que son reciclados, valorizados y reutilizados con el fin de optimizar su utilidad y minimizar los riesgos del sistema.
En palabras simples, es un modelo de diseño, producción y consumo que busca que los recursos sigan generando valor, reduciendo al mínimo los residuos.
El modelo EC construye capital económico, ambiental y social. En lo ambiental, el mejor uso de recursos implica menor presión al medio ambiente reduciendo significativamente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. En lo económico, hay un ahorro por eficiencia de uso de insumos, como asimismo nuevos ingresos por la valorización de nuevos productos (energía, nuevos alimentos); y finalmente, desde el punto de vista social, genera nuevos empleos y mayores riquezas.
Diagnóstico de EC en la agricultura
El Ministerio de Agricultura de Chile a través de ODEPA, y en conjunto con la UC Davis, analizó experiencias internacionales e iniciativas que se están desarrollando en Chile, con el objetivo de buscar oportunidades y desafíos. Además, se trata de generar un espacio de discusión y de propuestas colaborativas, como punto
de partida para avanzar.
El estudio hace una revisión de antecedentes, complementada con entrevistas a expertos y talleres con panelistas públicos y privados, y logra dos resultados muy relevantes:
(1) sistematizar información vinculada a la EC en el sector agroalimentario nacional e internacional e,
(2) iniciar un proceso para formar una red de actores para continuar trabajando.
El análisis de las experiencias en 12 países, entre ellos Portugal, Francia, Alemania, Uruguay, Canadá, China y Nueva Zelanda, permitió visualizar que la transición hacia una EC debe ser un proceso gradual y requiere compromiso de diferentes sectores para construir una agenda común.
Además, permitió apreciar el atractivo valor que tiene el concepto, con alta capacidad de convocatoria visualizándose como una propuesta de valor muy atractiva donde diversos actores pueden tomar un rol activo y participativo.
La información primaria y secundaria de Chile identificó 230 iniciativas vinculadas a EC, la mayoría apuntando a acciones en la etapa de producción y procesamiento de la cadena de valor, las que están identificadas a nivel de todos los principios de circularidad:
(1) Planificar para aprovechamiento
óptimo de recursos,
(2) Maximizar la utilidad de los materiales
en todo momento y
(3) Preservar y mejorar el capital natural.
Además, evidenció que las nuevas exigencias de los mercados y los desafíos del cambio climático han incrementado la preocupación por promover una gestión más sustentable.
Los resultados se ubican principalmente en torno al principio de revalorizar residuos (lodos y purines para enmiendas, residuos para generar energía, reciclar, entre otros), y del principio de reducir (uso de insumos, eficiencia en uso del agua, energía, los agroquímicos).
Para la agricultura, y agroindustria, la EC plantea la oportunidad para el surgimiento de nuevas líneas de negocios haciendo más eficiente el uso de residuos y subproductos, fomentar la regeneración de suelos y el capital natural y promover el desarrollo territorial.
El estudio concluye proponiendo el desarrollo de un “Programa de EC para sector agroalimentario” que permita vincular a actores claves, definir una gobernanza y áreas de trabajo, entre otros, enmarcándose en pocos focos de acción. Ver artículo completo aquí
Dr. Luis Inostroza: “Nuevos germoplasmas resistentes a sequía serán un tremendo logro para el secano de Chile”
Actualmente, cultivar alfalfa en condiciones de secano y con un propósito para pastoreo, es decir, animales que obtienen directamente del potrero el forraje disponible en la pradera, ha sido un cambio tecnológico notable para la agricultura del secano.
Así lo planteó el Dr. Luis Inostroza, investigador de INIA Quilamapu quien forma parte del equipo de investigación en mejoramiento genético de los proyectos INIA La Cruz, “Nueva variedad de alfalfa tolerante al estrés hídrico, para la adaptación de los sistemas ganaderos al cambio climático”, financiado por FIA y “Estudio del potencial de germoplasma nativo de alfalfa para mejorar la tolerancia a estrés hídrico”, financiado por Fondecyt, ambos dirigidos por el investigador Dr. Carlos Ovalle Molina.
Actualmente INIA realiza una de las investigaciones más completas acerca de este recurso forrajero, y lo que se busca es rescatar la tolerancia a la sequía intrínseca que tiene la alfalfa como especie adaptada a las condiciones de secano. Estamos, precisa el especialista, “desarrollando investigación de punta que nos permitirá conocer las regiones del genoma de alfalfa que regulan su tolerancia a sequía”.
En Chile no existe una variedad de alfalfa resistente a sequía, siendo casi un 100% variedades aptas para condiciones de riego. Además hasta ahora no existía información local sobre el comportamiento de variedades aptas para el secano costero y mediterráneo.
Después de 10 años de investigación, INIA y su equipo de expertos, introdujo alfalfas de distintas partes del mundo para rescatar los genes que se habían perdido durante el proceso de domesticación y mejoramiento genético.
Lo que se hizo a través de estudios INIA fue ampliar o manipular la base genética de alfalfa para mejorar su adaptación a estas condiciones. “Introdujimos material genético de alfalfa de lugares donde la alfalfa se originó naturalmente, que es principalmente de Europa y Asia”, recalca el Dr. Inostroza. “Con este material desarrollamos líneas genéticas, cuyo secreto principal es que tienen una base genética distinta a las variedades que se cultivan actualmente”.
Las alfalfas modernas, explica el Dr. Luis Inostroza, investigador INIA, “que se adquieren en cualquier casa comercial han perdido casi un 30% de los genes que tenían sus padres silvestres”. Por ende, destaca, “en esa pérdida de genes también pierde tolerancia a la sequía, a la salinidad, a la acidez de suelo; y esto ocurre porque nosotros le damos las mejores condiciones por lo que no necesita más”.
Actualmente hablar de germoplasmas de alfalfa adaptados a condiciones de sequía y de pastoreo es un tremendo logro para el desarrollo de la agricultura de secano de nuestro país.
En uno de los módulos del tradicional día de campo sobre opciones forrajeras para el secano mediterráneo de Chile, organizado en Cauquenes por la ingeniero agrónomo Viviana Barahona, el especialista explicó cómo se llegó a definir las 10 variedades que actualmente están siendo evaluadas en seis ambientes de Chile desde la Región de Valparaíso hasta la Región de La Araucanía. “Este estudio nos va a permitir recopilar toda la información que exige el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG y poder liberar la o las primeras variedades de alfalfa creada en Cauquenes para las condiciones de secano de Chile”.
Desde el punto de vista de la investigación el trabajo que realiza el Dr. Luis Inostroza es efectuar la selección de material genético, basado en análisis estadísticos de la caracterización genética, morfológica, fisiológica y agronómica de las líneas de alfalfa para finalmente identificar cuáles serán los genes asociados a la tolerancia de la sequía de estas plantas.
El especialista participa además en el diseño experimental de los cruzamientos. “Tenemos 250 líneas genéticas que obtuvimos de cruzamientos de padres con alta tolerancia a sequía y persistencia en ambientes mediterráneos como Cauquenes, donde podremos encontrar desde alfalfas tolerantes a la sequía hasta alfalfas tolerantes a la acidez de suelo”.
Como investigadores del INIA, precisa, hemos sido testigos del cambio notable que se ha generado de producir una alfalfa con riego en los mejores suelos a cultivar una alfalfa en condiciones de secano para sistemas pastoriles. “Hemos visto que la alfalfa establecida en Cauquenes dura cuatro temporadas de crecimiento, en un suelo pobre, de origen granítico, sin riego y con lluvias de 500 mm anuales”.
Recuerda el experto que hace 20 años, el cultivo de alfalfa se recomendaba sólo en los mejores suelos de Chile y en condiciones de riego. “Cuando un equipo de especialistas INIA, liderado por el Dr. Carlos Ovalle, inicia los trabajos hace unos 10 años fue realmente impactante el resultado obtenido”, destaca el experto.
Si bien es cierto, “los agricultores en Chile tienen acceso a los mejores cultivares de alfalfa del mundo, dado que empresas dedicada a la genética de alfalfa a nivel global tienen representantes en el país. Pero, precisa, “en la mayoría de los casos, esas empresas genéticas desarrollan variedades para ambientes con suelos de la mejor calidad y con riego”.
El Dr. Carlos Ovalle Molina, del INIA La Cruz, fue un pionero y un visionario porque lo que hizo fue impensado para la realidad chilena. Así al menos lo considera el Dr. Luis Inostroza, “en ese momento no visualizamos el potencial de la alfalfa bajo condiciones de secano. Inicialmente tenía otra línea de investigación y estaba dedicado al estudio de otras especies”, recuerda.
El equipo de trabajo lo lidera el Dr. Carlos Ovalle Molina y lo integran Viviana Barahona, Paulina Etcheverría, Dra. Soledad Espinoza, Dr. Luis Inostroza y Jorge Ivelic-Sáez, además de científicos de las Universidades de Talca; Alejandro del Pozo, de la U. de Concepción y la rizobióloga Macarena Gerding Además de investigadores de Kazajstán, Mongolia Interior y Australia a través del Instituto de Investigación y Desarrollo de Australia.
Este estudio está teniendo un tremendo impacto en los sistemas productivos bovinos y ovinos del secano mediterráneo, toda vez que se dispondrá de este recurso forrajero para períodos críticos. “En la zona mediterránea de Chile la mayoría de los sistemas agrícolas de secano presentan suelos altamente degradados debido a la erosión, al agotamiento de la fertilidad del suelo y al bajo nivel de infiltración de agua”. Por lo tanto, asegura el Dr. Ovalle, “la introducción de una variedad o más variedades de alfalfa para el secano se convertiría en una excelente estrategia para aumentar la productividad de las praderas y sustentabilidad de los sistemas ganaderos en esta importante zona agroecológica del país”. Agrega, “la presencia de ganado ovino y bovino en áreas geográficas donde la pluviometría es muy baja requiere de alimentación durante todo el año sobre todo en períodos largos de sequía”. Con estos estudios, enfatiza el experto, “esperamos generar un impacto importante en zonas donde la pluviometría anual oscila entre 400 y 500 mm anuales”.
Recordemos que la alfalfa es una forrajera, que desde el punto de vista agronómico es considerada un excelente alimento de consumo ganadero por su alto contenido proteico y su capacidad de fijar nitrógeno. Además, posee una raíz pivotante principal muy desarrollada y muchas raíces secundarias, por lo cual resiste bastante bien la sequía al tener estas raíces con un gran campo de acción.
El día de campo sobre Opciones forrajeras para el secano mediterráneo de Chile es uno de los eventos más importantes de los estudios sobre praderas, alfalfas y sistemas productivos rentables y sustentables.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la población, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.