Escrita por: Miguel A. Sánchez, Director Ejecutivo ChileBio.
Una nueva ola de calor afecta a gran parte de nuestro país, junto con la sequía, es evidencia de una consecuencia más del cambio climático.
Las altas temperaturas no solo afectan nuestra calidad de vida, sino también plantea un desafío crucial para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola. La posibilidad de que las plantas utilizadas en la agricultura no germinen o no crezcan adecuadamente debido a estas condiciones extremas es una realidad que debemos abordar como sociedad.
Los rendimientos de uva de mesa y de vino se reducirían en el norte de Chile debido al desarrollo prematuro del cultivo por efecto de las altas temperaturas esperadas para el invierno y la primavera. La productividad del duraznero podría verse afectada de la misma manera. Los rendimientos del manzano disminuirán en todo el país hasta la Araucanía, debido al exceso de calor (esto es, inviernos menos fríos y veranos más cálidos) que reduce el período de fructificación.
Es esencial explorar y aplicar tecnologías innovadoras para garantizar una producción de alimentos sostenible.
El mejoramiento genético vegetal asistido por biotecnología ha demostrado ser una herramienta valiosa para mejorar la resistencia de los cultivos a condiciones adversas, como las altas temperaturas. La capacidad de desarrollar plantas resistentes al calor puede marcar la diferencia en la productividad de los cultivos, permitiendo a los agricultores enfrentar de manera más eficaz los periodos de sequía y las olas de calor cada vez más frecuentes.
Chile, se beneficiaría enormemente de la implementación de cultivos biotecnológicos para resistir el estrés térmico. Esto no solo garantizaría una producción agrícola más estable, sino que también contribuiría a la conservación de los recursos hídricos, ya que las plantas tolerantes al calor suelen requerir menos agua para su desarrollo.
Es crucial destacar que la biotecnología agrícola no solo puede mejorar la resistencia de las plantas al calor, sino que también puede contribuir a la producción de alimentos más nutritivos y resistentes a enfermedades, proporcionando soluciones integrales para los desafíos actuales y futuros que enfrenta la agricultura.
Insto a las autoridades pertinentes, así como a la comunidad científica y agrícola, a trabajar de la mano para promover la investigación y la aplicación responsable de la biotecnología agrícola en Chile.
La colaboración entre el sector público y privado es esencial para asegurar que los beneficios de estas tecnologías estén al alcance de todos y se utilicen de manera sostenible.
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