El maíz experimentó una mala temporada el año pasado (temporada 2023/ 2024), la cosecha y los precios del mercado internacional no fueron suficientes para cubrir los costos, lo que generó pérdidas para los agricultores. La buena noticia es que esta temporada se presenta con mejores proyecciones, al menos en lo que a precios se refiere.
Desde el punto de vista de las siembras, el cultivo tuvo un inicio de temporada algo complicado, ya que en algunos sectores se retrasó producto del clima. Sin embargo, en términos generales, se logró sembrar en la época adecuada, dicen los expertos.
De todas formas, la superficie este año estaría un 4% por debajo de la temporada pasada, de acuerdo a la información de noviembre de Odepa. La estimación indica que la siembra de este año sería en torno a las 47 mil hectáreas, mientras que en la temporada anterior se bordearon las 49 mil. La causa del retraso y de la baja estaría en el clima.
“La siembra del maíz suele realizarse principalmente durante los meses de septiembre y octubre. Sin embargo, este año enfrentamos condiciones climáticas frías, con temperaturas bastante bajas e incluso algunos excesos de agua, lo que dificultó el establecimiento del cultivo. En algunos casos, hubo pérdidas de plantas debido a un déficit de temperatura en el suelo, lo que afectó la germinación y provocó dificultades en esta etapa inicial. De hecho, algunos productores comentan que en ciertas zonas se realizaron resiembras, algo poco común, pero que en esta ocasión fue necesario debido a las complicaciones en la instalación del cultivo”, explica Andreas Köbrich, asesor de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
Sin embargo, de acuerdo a los especialistas, a la fecha el maíz se está desarrollando bien gracias a las altas temperaturas, ya que, en general, la planta de maíz se adapta relativamente bien a estas condiciones. Sin embargo, las dificultades en las primeras etapas de crecimiento podrían estar limitando su desarrollo y, en consecuencia, afectar el rendimiento final.
“Aunque aún queda más de la mitad del ciclo de desarrollo del cultivo, hay quienes plantean que este podría no ser un año de altos rendimientos debido a los desafíos que enfrentó el maíz en su etapa inicial”, aclara Köbrich.
De todas formas, los productores son optimistas y esperan que la producción sea estable, y, aunque no se alcancen volúmenes extraordinarios, sí serían suficientes para dejar una rentabilidad positiva.
“Esperamos que este sea un año dentro de la normalidad y, hasta el momento, todo indica que así podría ser. Sin embargo, es importante recordar que mientras el maíz siga en la planta, aún pueden ocurrir imprevistos. El cambio climático, eventos como lluvias o granizadas podrían afectar la producción en cualquier momento. Por ahora, los cultivos se ven bien, y confiamos en que la parte comercial y los principales compradores actúen de manera adecuada para lograr un año estable para los productores”, comenta Carlos González Mufdi, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble.
Si bien las cifras de la producción de la temporada 2024/2025 aún son inciertas, porque la cosecha, que debiese concretarse hacia fines de marzo, se proyecta sea similar a la temporada anterior, en que se alcanzaron las 500.829 toneladas.
Precios serían mejores
No es secreto que la temporada pasada para el maíz fue extremadamente compleja, ya que hubo problemas de comercialización y dificultades con los precios, puesto que el mercado internacional tuvo precios bajos, a lo que se sumó la alta producción de países como Argentina. Sin embargo, se espera que este año sea diferente y que la cadena comercializadora funcione de mejor forma, lo que permitiría a los productores tener las rentabilidades esperadas.
“El año pasado fue muy complejo para el rubro, pero se espera que este sea diferente, cuando la cadena opera de manera eficiente y los grandes compradores, especialmente los vinculados a la producción de cerdo, cumplen su rol, podemos esperar un año más estable para el sector”, menciona González Mufdi.
En cuanto a costos, se estima que el de producción de una hectárea de maíz ronda los 130 quintales por hectárea.
“Para que los agricultores puedan tener una campaña rentable este año, el precio del maíz debería situarse en al menos 25.000 a 26.000 pesos por quintal, permitiendo así un retorno aceptable para el productor”, explica González Mufdi.
Y la tendencia internacional viene dando buenas señales.
“Los futuros de maíz en la Chicago Mercantile Exchange (Bolsa de Chicago) han experimentado una significativa recuperación, luego de los valores piso que alcanzaron en agosto del año 2024. Durante febrero 2025, los contratos de maíz a marzo 2025 promediaron 194 USD/ton., mientras que, en el mismo mes del año 2024, los contratos a marzo llegaron a 174,7 USD/ton., lo que implica una variación 11%”, explican desde Cotrisa.
Al respecto, Andreas Köbrich señala que “desde hace unas siete u ocho semanas, aproximadamente desde mediados o finales de diciembre, el maíz ha mostrado una tendencia al alza en su cotización en las principales bolsas. Semana a semana, los precios han ido cerrando ligeramente más altos que la anterior, aunque con fluctuaciones típicas del mercado. Actualmente, parece haber un freno en esta tendencia, pero aún es prematuro hacer proyecciones definitivas, ya que los mercados son, por naturaleza, muy variables”.
El aumento en los precios que menciona el experto ha sido impulsado, en gran parte, por las menores proyecciones de producción en Argentina y Brasil.
En el vecino país las lluvias llegaron tarde, lo que afectó los cultivos, aunque se espera una posible recuperación. De todas formas, su evolución sigue siendo incierta (ver recuadro).
En Brasil, la situación ha sido similar, con períodos de intensas lluvias e inundaciones que han complicado la siembra. Como resultado, ambos países, que son claves en la producción de maíz en el hemisferio sur, han reducido sus estimaciones de producción. A esto se suman recortes en las proyecciones de producción en Europa y factores geopolíticos que afectan a países como Ucrania y, en menor medida, Rusia. Todo esto ha generado una tendencia alcista en los precios internacionales del maíz y en los mercados de futuros durante las últimas semanas.
“En cuanto a los precios, aquí en la Novena Región, estimamos que el maíz en grano seco podría situarse en torno a 14,5 monedas, con valores en planta de aproximadamente $220 a $230. Sin embargo, todo dependerá del comportamiento del mercado. Al final, lo que realmente importa es si esos precios hacen rentable el negocio para los productores. Actualmente, el precio internacional ronda los $190, aunque el maíz ha subido un poco debido a la menor producción en Argentina. En Brasil, la situación es incierta, y el mercado externo jugará un papel clave en la determinación de los precios”, explica el asesor Julio Oberg.
En Chile, la mayor parte del maíz se destina a la alimentación animal. Sin embargo, la producción nacional sigue disminuyendo, ya que el negocio se ha vuelto menos rentable. Esto ha llevado a muchos productores a cambiar de rubro, optando por otros cultivos, como la fruta.
“Debemos recordar que Chile produce entre un 40% y 45% del maíz que consume, mientras que el resto es importado. Por eso, es fundamental asegurar una buena rentabilidad que permita seguir incentivando el cultivo del maíz y evitar su disminución, como ha ocurrido con el trigo, donde la situación es bastante complicada”, comenta Carlos González Mufdi, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble.
“Las condiciones climáticas que antes estaban claramente definidas están cambiando. Chile siempre se caracterizó por tener un clima mediterráneo, con estaciones bien marcadas: veranos secos y calurosos, e inviernos fríos y lluviosos. Sin embargo, esto ya no es tan predecible. Ahora vemos inviernos más secos, lluvias que se desplazan hacia la primavera y temperaturas invernales menos frías de lo habitual. Lo que antes era un patrón climático estable y rígido, hoy muestra variaciones inesperadas”, menciona Andreas Kobrich. El maíz no es la excepción, las abundantes lluvias y un invierno frío hicieron que la siembra se complicara, e incluso algunos productores hicieron resiembra, algo poco común.