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Propiedad intelectual vegetal y el comercio ilegal de semillas: Los temas claves que marcan la agenda legislativa del sector de semillas

Actualmente los consumidores piden cada vez más información sobre los alimentos que consumen y la trazabilidad es una herramienta esencial para determinar qué ocurrió en cada punto de la cadena. Por ello resulta relevante informar de dónde vienen esos alimentos, en qué condiciones fueron producidos y cómo funcionan las regulaciones y el mercado en el que nacen.

En entrevista con Mundoagro, Mario Schindler, director ejecutivo de Asociación Nacional de Productores de Semillas,ANPROS, comentó que los temas esenciales de la asociación para este año están vinculados especialmente con la propiedad intelectual vegetal y el comercio ilegal de semillas. “Sin duda ambos temas son de una altísima relevancia, no solo para nuestro sector sino para toda la agricultura en Chile. Las nuevas variedades vegetales son la plataforma de la producción agrícola y la base de la seguridad alimentaria de nuestro planeta. El primer paso es generar una toma de conciencia entre todas las personas vinculadas al sector agrícola sobre la importancia del respeto a la propiedad intelectual vegetal y su relación con mantener un acceso fluido y permanente a las mejores variedades vegetales desarrolladas a nivel mundial. A la vez es importante estimular la investigación y desarrollo de nuevas variedades en nuestro país. Esto es crucial para mantener la competitividad de Chile”, agregó.

El ingeniero agrónomo y director de la International Seed Federation (ISF) indicó que en Chile existe un importante comercio ilegal de semillas. “Esto tiene un profundo efecto negativo porque los principales afectados son los propios agricultores, ya que al comprar semillas de origen desconocido quedan totalmente desprotegidos en cuanto a cualquier problema que puedan tener. Por el contrario, al utilizar semillas del mercado formal, de una procedencia comprobable, reciben un producto garantizado, que ha pasado por rigurosas pruebas de calidad y pureza, lo que asegura que esté libre de enfermedades, un buen rendimiento de los cultivos y muchas otras ventajas.

En resumen, cuando hablamos de comercio ilegal de semillas nos referimos a dos grandes factores. Por un lado, se vulneran los derechos del obtentor, especificados en la Ley 19.342 y también los aspectos relacionados a la comercialización y calidad de las semillas, regulados en la Ley 1.764. El desconocimiento en ambas legislaciones es enorme, por lo que es fundamental la toma de conciencia, no solo por parte de agricultores, sino también de autoridades”, indicó.

Respecto a cuáles son los principales temas de la industria en cuanto a la agenda legislativa, Schindler sostuvo que es muy amplia y no solo para el sector semillero sino para la agricultura en general. “Tenemos actualmente en trámite proyectos de ley vinculados al agua, al recurso suelo, que son muy importantes y de interés transversal con un importante impacto. Un proyecto importante para el sector semillero y hortícola fue el proyecto de ley de protección a turberas que, tras varias indicaciones y luego de tres años de discusión, se aprobó hace algún tiempo. La turba es un insumo esencial para la horticultura y la actividad semillera y el proyecto en sus inicios planteaba, entre otros aspectos, la prohibición de su importación, lo que habría generado un daño enorme a la agricultura. Afortunadamente y gracias al trabajo mancomunado de la coalición de gremios agroalimentarios, en el que en terreno se explicó a los legisladores la relevancia y uso de la turba, se logró un proyecto acorde a las necesidades del país”, señaló.

Sobre el convenio de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) el ejecutivo comentó que “es importante tener en foco que el objeto principal del convenio es proporcionar y fomentar un sistema eficaz para la protección de las variedades vegetales en beneficio de la sociedad. Desde 1996 Chile está adherido a la versión del año 1978. Hoy el país está en proceso de adherir a la versión de UPOV 91, que, precisamente, provee más herramientas, para el control del comercio ilegal de semillas. Sin esta protección se produce un desincentivo a la investigación y se pone en riesgo la llegada de las nuevas variedades desde el exterior. Sin embargo, para poder adherir a UPOV 91, es necesario adecuar nuestra legislación y, desde el 2011 a la fecha, no ha existido voluntad política para avanzar en el tema. Siendo uno de nuestros principales puntos de interés legislativo, esperamos que en algún momento se reactive su discusión”.

Mejora continua

El sector de semillas de Chile está buscando de forma permanente mejorar los estándares. Según Schindler, “la alta calidad y confiabilidad es el sello de Chile en producción de semillas y como industria estamos permanentemente buscando mejorar nuestros estándares. No solo respecto de la semilla sino de todos los procesos asociados a su producción y exportación. Contamos con profesionales altamente calificados y entes reguladores que funcionan, lo que se traduce en la entrega a tiempo en los países de destino. Eso es lo que nos hace confiables como país. Mantener esta imagen y nuestro liderazgo en el hemisferio sur como productores en contrastación es uno de los principales focos de nuestra industria”.

El director ejecutivo de ANPROS se refirió además a los costos que enfrenta la agricultura y que hoy son una gran amenaza. “Por lo tanto, producir más con menos recursos y de manera sustentable es muy importante. La incorporación de tecnología juega un rol clave en esto. Nuestras empresas asociadas lo tienen claro y muchas de ellas están permanentemente incorporando nuevas tecnologías, fundamentalmente de riego y otras áreas. Eso es lo que les permite producir de manera más eficiente”, finalizó.

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